Beauty, 1993
Photo: Poul Pedersen
Me
robarán la casa y el café, de hecho, ya cuento con ello.
Estoy
convencido que tarde o temprano, me quitarán todo lo que he conseguido gracias
al esfuerzo y algunas dosis de ingenio aplicado al trabajo, pero no me robarán
las huellas del esfuerzo ni el placer del deber cumplido, tampoco el recuerdo que he sentido ante la Tempestad de
Giorgione o el placer que sentí escuchando la cantada de Navidad de J.S. Bach,
era en Múnich y hacía un frío que pelaba.
Los
que mandan roban, siempre lo han hecho y por esto les molesta que exista el
arte, porque este artificio grotesco nos proporciona unos bienes que no nos
pueden robar.
Buena reflexión, amigo Francesc.
ResponderEliminarHay cosas que los metafísicos (contemplativos y dados a especular, como es mi caso), les ganamos a los técnicos científicos. Una es que como no cuantificamos, ni sabemos medir, ni aplicamos tablas que van del uno al diez, sino que lo apostamos todo al sustantivo abstracto, léase en este caso: amor, belleza, lealdad, esfuerzo o placer, sabemos a ciencia cierta que ningún sistema nos lo puede enajenar.
Me alegra el leerte.
Un abrazo
Salut
Miquel, los que roban sí que saben medir y cuantificar el botín. En un poema de mi libro "Odis, venjances i altres traçats geomètrics" había un poema que trataba de ese robo sistemático, ahí va un fragmento:
Eliminar... i que no tenim més que la música
i pocs altres bens,
pocs,
només aquells que la tramuntana no se’n du.
Salut
Solo pueden robarnos lo material.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, yo también creía esto, que solo nos pueden robar lo material, pero ahora me doy cuenta que utilizan otros medios para robarnos también la vergüenza, el sentido crítico, el respeto y los modales, para ello tienen herramientas tan eficaces como la escuela y un ejercito de enseñantes y periodistas (tertulianos, comunicadores...) que con una labor continuada consiguen que una gran masa de la población haya llegado a la idiotez plana. Lo tenemos difícil, Cayetano, difícil.
EliminarAbrazos
las posesiones son sensoriales, no materiales, es así como decís master... saludos!
ResponderEliminarEs difícil que nos roben el sentido, pero consiguen que no entendamos lo que vamos sintiendo.
EliminarAbrazos
Quizás el Arte les molesta porque no guarda servidumbre a sus fines interesados. El Arte siempre ha querido ir más allá de la mirada plana, sin matices ni profundidad, por eso las emociones que provoca el Arte, su contemplación por todos nuestros sentidos, resulta tan liberadora, es lo que nadie nos puede quitar.
ResponderEliminarAbrazos
Amiga Marga, el arte molesta al poder del mismo modo que les molesta la educación en la sensibilidad. Freud lo comenta en su psicología del arte, unos hombres y mujeres que aprecien los matices del arte y que gocen de la belleza quedan perfectamente acorazados ante la enajenación.
EliminarAbrazos
Lo ajeno, salvo los males, suele despertar cierta codicia
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc
Sí, Luis Antonio, y la codicia es una de estas "lindezas" que caracterizan al depredador, al lobo humano.
EliminarAbrazos
...Pero saben negociar sobradamente con ellos. En efecto, el significado de los goces que el arte nos haya proporcionado están a buen recaudo en nuestra memoria sensitiva, no solo en la racional. Aunque visto el avance de técnicas que penetran en el cerebro humano uno ya no está seguro de que nos quede algo si ellos se proponen robárnoslo.
ResponderEliminarSí, Fackel, el control sobre nuestra personalidad es, en este momento, la máxima prioridad del poder.
EliminarSalud
Siempre hay un espacio íntimo en el que uno puede guardar todo lo hermoso que ha conocido.
ResponderEliminarSí, Pedro, seguramente este espacio es el recuerdo.
EliminarAbrazos
"Los que mandan robam"
ResponderEliminarEs un buen slogan para campaña publicitaria. Como la foto de la cara del Che, o la hoz y el martillo...
Saludos,
J.
Seguramente, amigo José A., este podría ser un slogan, pero yo prefiero dejar estas cuestiones en manos de los especialistas en publicidad. Ocurre, sin embargo, que tanto los slogans, cómo las imágenes, del Che o la hoz y el martillo, acaban siendo absorbidas por el gran mercado del mundo y se convierten en imágenes de consumo.
EliminarSaludos