martes, 16 de octubre de 2018

Deshilachado


imagen quadern 4 - 2016. Francesc Cornadó

Todo aquí está deshilachado. Este “aquí” es la ciudad, el país y el universo entero, donde la coherencia es un concepto elegante para ir pasando el rato.

La unidad, el orden y la armonía que han sido considerados como las piedras angulares del edificio de la sabiduría, no son más que entelequias estéticas para intentar ordenar el caos.

Los barrocos exaltados nos hablaron de la armonía de las esferas y aquello sólo fue un pasatiempo que no sobrevivió al colapso de la caída de l’ancien régime. Un engaño que sucumbió porque no era nada. Y la nave continuó, haciendo de la historia un mal negocio. No hay en este negocio más objetivo que el que persiguen los que mandan, y no existe ni un orden ni una voluntad colectiva. Como tampoco existe ni orden ni voluntad en la naturaleza. No hay orden ni concierto.

La naturaleza no tiene, en sí misma, ninguna finalidad. No es sabia, ni tiene moral, ni es una madre, ni es una diosa. Es un conjunto de pedruscos y de seres vivos dispuestos aquí y allá, sin orden ni concierto o, como diría Bertrand Russell, “un enjambre de puntos y saltos sin coherencia”

En este enjambre cada avispa busca su celdilla, cada individuo arrima el ascua a su sardina, y sin mirar la inmensidad de la Vía Láctea se deleita con la estupidez infinita.

El orden y la coherencia no habitan en la natura. En el mejor de los casos los encontraremos donde no haya erosión, esto es: en el pensamiento abstracto. Hallamos orden, unidad, armonía y coherencia en la música, en las matemáticas y en alguna otra cosa de esas que la tramuntana no puede arrasar.

8 comentarios:

  1. Argumentas bien, aunque pienso que puede haber orden sin coherencia. Por ejemplo en las filas de las "procesionarias" cuando están en tierra. Y puede haber coherencia sin necesidad de un orden, por ejemplo, en los poemas de Leopoldo Panero.

    No se si el orden y la coherencia no habitan en la natura, de lo que si estoy seguro es de que no suelen hacerlo en el ser humano. Si se fuera coherente no se chantajearía socarronamente, ni se postularían salvadores patrios, ni nos definiríamos por un color, sino por la gama entera, ni jugaríamos a ser pasta de líderes cuando somos restos de ocasos.

    PD: Dicen, al menos lo comentaba Dalí, que la tramuntana trastoca los sentidos cuando sopla.

    Un abrazo

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    1. Amic Miquel, creo que la memoria es algo indispensable para mantener una cierta coherencia, otra cosa es el orden, para esto se requiere un sentido espacial, creo que las "procesionarias" lo tienen. Sabemos que algunos confunden el sentido espacial por lo territorial y esto es una perversión del concepto, cuando esto ocurre, la coherencia lógica tiene que sustituirse por un galimatías simbólico y aquí se lía la cosa.
      La tramuntana aleja los mosquitos.
      Salud

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  2. La teoría del caos. Si algo puede salir mal, no dudes en que saldrá mal. La cohorte de chapuceros patrios -de aquí y de allá- ayudan mucho.
    Un abrazo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, estoy convencido que todo saldrá mal, incluso el esfuerzo por ordenar el caos.
      Si los chapuceros volasen no veríamos nunca el sol.
      Abrazos

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  3. La naturalesa és un desordre organitzat.

    Salut

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    1. Amic Puigcarbó, jo crec que la naturalesa està al marge de qualsevol consideració, crec que tampoc hi ha cap organització. Som nosaltres que intentem organitzar aristotèlicamente la natura per a poder comprendre alguna cosa.
      Salut

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  4. Orden y armonía es una fantasía, no existe cuando hablamos de sociedades humanas.Impulsadas nuestras acciones por el instinto (disfrazado de necesidad), azar y otras variables, la humanidad es un ovillo enredado y absurdo. La naturaleza del Cosmos nos asombra porque tiene la apariencia de orden y, sobre todo, porque no la entendemos, pero a buen seguro es también caos, productor de furia y explosión galáctica donde desaparecen mundos en cada segundo.

    Abrazos optimistas dentro del caos

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    1. Creo que lo que nos asombra del Cosmos es su inmensidad que no acabamos de entender y también creo, como tú, que lo que impera en el Cosmos es el caos, un caos infinito. Y ante esta inmensidad aún hay algún fantasioso que se empeña en imponer el orden y la armonía social a fuerza de arengas, consingnas y símbolos.
      Creo que la única armonía a la que podemos aspirar es la que conseguimos mediante la especulación abstracta -música, matemáticas-.
      Abrazos

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