Cuando Polyeucte, el noble armenio, se
había convertido al cristianismo, alertada Roma y temiendo que todo el pueblo
armenio se convirtiera también, envió a aquellas tierras al procónsul Severo
para que contuviera el furor de la población y las ansias colectivas de
conversión.
Al llegar Severo a la plaza, ante los
vítores de unos y el abucheo de otros, pronunció un discurso que comenzaba así:
Armenios, el Emperador desea vuestra felicidad. He
venido aquí, enviado por él, para liquidar a la purria.
La chusma encantada con sus palabras
vociferó:
¡Muerte al traidor! ¡Qué
alegría, correrán ríos de sangre!
Después del griterío, el procónsul se
reunió con sus consejeros que decían:
La plebe es débil, pero manejada con manos hábiles,
se convierte en un arma implacable.
Igual que Júpiter arranca las estrellas del cielo,
nosotros podemos arrancar el corazón de toda esta chusma. La plebe es débil.
Todavía se podía escuchar el griterío de
la plaza:
¡Muerte al traidor! ¡Qué alegría, correrán ríos de sangre!
Nota:
Polyeucte es un drama escrito por
Pierre Corneille y que, con libreto de Salvatore Cammarano, fue llevado a la
ópera por Gaetano Donizetti en 1838 con el título de Poliuto
No pierde actualidad ."...
ResponderEliminarLa plebe es débil, pero manejada con manos hábiles, se convierte en un arma implacable..."
Amic Miquel, no pierde actualidad, los clásicos ya lo dijeron casi todo, siempre están entre nosotros.
EliminarEl drama de Corneille es de total actualidad y más tarde la ópera de Donizetti con libreto de Salvatore Cammarano es una auténtica obra de arte.
Salud
Al final uno concluye que la plebe es atizada contra la plebe. Ya sabes, aquello de cierto ínclito nazionalista vasco que alardeaba del RH específico de ese pueblo elegido de Dios: unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces. Al final siempre se benefician los propios.
ResponderEliminarAmigo Fackel, llegan unos, gritan otros, otros más atizan y los energúmenos salen a la calle y todo se menea y al final siempre son los desgraciados que se pelean, estos son los que pagan el pato.
EliminarSalud
Goebbels no inventó nada. Solamente copió a los clásicos.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, Goebbels era un individuo culto, probablemente leyó a Corneille y otros clásicos, de ellos tomó lecciones y luego se limitó a ponerlas en forma de unos principios de propaganda que sirvieron para pervertir la razón.
EliminarSalud
No me relaja la repetición del drama no me inmuniza me crea desasosiego, el desasosiego necesario para poder rechazar aquello que complica nuestra existencia.
ResponderEliminarSalut
Amiga Gemma, yo creo que el drama es eterno.
EliminarSaludos