Siempre
he tenido a la vulgaridad en gran estima, la sana vulgaridad que nos protege de
los males de la exclusividad y del "alto standing", aquella vulgaridad que nos permite disfrutar de
los placeres de una vida sencilla, limpia y ordenada. Pero ahora, la vulgaridad
está mal vista, todo individuo que se precie de personajillo actualizado quiere
ser exclusivo.
Todo
se trastoca, ahora la vulgaridad es considerada una ordinariez y mientras tanto, contemplamos
cómo se encumbra la incultura haciéndola espectáculo. Cualquier asno
inconmensurable aparece como un individuo interesante que, haciendo cualquier
monería, consigue una popularidad y una admiración tan inconmensurable como su
propia estulticia.
Son
tiempos líquidos y hay que adaptarse a los tiempos y algunos lo hacen, ya sea
creyéndose todo lo que dicen los medios de comunicación o utilizando el más
hipócrita de los lenguajes correctamente políticos. Otros se adaptan a la
posverdad maravillándose ante cualquier frivolidad o comiendo argamasas fecales
de estas que se distribuyen en los “fast food”.
De
cintura para abajo queda bien ser “rarito”, llamémosle queer o individuo de género revisado que rechaza toda asimilación
cultural o étnica –queer ya no es peyorativo-. De cintura para arriba, basta
con ser imbécil, precisamente de cintura para arriba encontramos más variedades
que de cintura para abajo.
En
estas condiciones genéricas o de adaptación ya podemos ejercer el derecho de
voto.
Son
tiempos líquidos, se degradan los conceptos, los significados y los materiales.
La obsolescencia programada de los mecanismos ha llegado a sentar sus reales
también en las ideas.
Los tiempos líquidos son un postulado de Z. Bauman. Su teoría se ha vuelto práctica, tanto que el amoldarse no sólo es moda, sino que se acepta con total naturalidad. En realidad, lo que nos está diciendo es que lo que se pierde es personalidad, que la linea está en la homogenización del pensamiento y que lo que no cuenta es el ser como ente particular y decisión personal.
ResponderEliminarNo cambies de pollo. El tuyo es de goma, feo, corroido, gastado y descolorido, pero es tu pollo, no es el de felpa fabricado en la India, venido en un tontainer de China y vendido por un pakistaní bajo una pila de esteladas traídas en el mismo tontainer que el pollo y a peso.
No cambies.
Tu pollo es único.
Salut
Amic Miquel, en efecto tal como dice Baumann todo fluye sobre la cresta de un torrente desencadenado, las ideas no tienen tiempo para dar sus frutos, cuando aparece una propuesta artística enseguida se desvanece y aparace otra que la suplanta. Adaptarse, amigo mío, adaptarse al movimiento frenético de los líquidos turbulentos, esta es la cuestión.
EliminarEl pollo de goma quedó hecho añicos, se troceaba el material y he tenido que cambiarlo, ahora este pollo nuevo es un poco más pequeño, esta fabricado en Shanghai y lo compré en una tienda de diseño, donde no había ninguna estelada.
Salud
Me encanta lo de las "argamasas fecales" para denominar a la comida basura. También lo de la "obsolescencia programada" aplicable a la capacidad neuronal del personal (Es muy común hoy, por desgracia, el encefalograma plano).
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, son argamasas hechas con muchos ingredientes y me consta de que uno de ellos es mierda, sí mierda.
EliminarHoy es común el encefalograma plano y el pensamiento único.
Salud
Creo que es complementario a tu entrada el artículo de Javier Marías:
ResponderEliminarhttps://elpais.com/elpais/2018/07/02/eps/1530529806_379993.html
Sobre lo que dice me ha hecho reflexionar a mí también.
Amigo Fackel, parece de Javier Marías y yo lo tuviésemos hablado de antemano.
EliminarLa reflexión que tú haces después del artículo de Marías la encuentro muy, muy acertata. La comparto completamente.
Abrazos
A medida que el latín vulgar fue transformándose, surgieron las lenguas romances, pero, al mismo tiempo, el latín literario perduró como lengua culta.
EliminarHay sitio y partidarios para todo. Lo vulgar, lo culto... Que cada uno, según sus principios, conocimientos y gustos elija...
Un abrazo
Amigo Luis Antonio. Siempre me refiero a la acepción más amable de la vulgaridad, aquella forma de entender la vida que nos acerca a lo común, a lo que se repite y a lo que se encuentra con más facilidad al alcance de nuestra mano. Estimo la vulgaridad como antónimo de exclusividad y "alto standing"
EliminarUn abrazo
No es lo mismo la vulgaridad que la ordinariez. El cartel de alto standing se cuelga desde la vulgaridad. La ordinariez se centra en la mala educación. La buena educación creo que es la de apreciar las cosas en su justa medida sin caer en la exageracion. La exclusividad tiene precio y lo pagan a gusto con tal de satisfacer su vanidad y superar la ajena. Creo que la enjundia se centra en esto el fin de la exclusividad es derribar la vanidad ajena exaltando la propia. Hay dos maneras de vivir una es viviendo y la otra es haciendo ver que vives, hoy se valora más la segunda. La frustración está servida. Todo ello solo puede acarrear una gran frustración en el futuro. Ya se ve.
ResponderEliminarUn abrazo afelpadito porque si en lugar de afelpadito o afelpado acabase en isimo ya no sería vulgar ordenado y limpio...sería exclusivo, prepotente y desordenado jajaja es que el lenguaje también es meritorio de achaques exclusivistas de vanidades domesticadas.
Estimada Gemma, coincido contigo, en efecto, no es lo mismo vulgaridad que ordinariez.
EliminarCuando me refiero a vulgaridad apelo a la mejor forma de adaptación a lo común, siento lo vulgar como forma de alejamiento de la exclusividad.
El individuo más vulgar de su especie es el que mejor se adapta a la evolución. Si mi enfermedad es vulgar encontraré un medicamento vulgar que podré comprar en una farmacia vulgar, si mis males son raritos lo tendré más difícil. Si vivo en un emplazamiento vulgar tendré mejores comunicaciones y podré ver a mis amigos con comodidad, si vivo en un paraje exclusivo tendré un aislamiento y unas malas comunicaciones.
Quiero estar cerca de mis amigos.
Abrazos
Yo también lo quiero y creo que es muy importante desearlo y decirlo asi como lo has dicho.
ResponderEliminarSalut
Buenos días, que una cosa sea popular no es lo mismo que vulgar. Vivimos en un mundo raro, donde lo que es escaso, en teoría, es mejor que lo que es abundante. Siempre pongo el ejemplo de los mejillones, como podemos comer todos los mejillones que queramos, porque, gracias a Fortuna, en Galicia los esforzados criadores hicieron un sistema de crianza francamente bueno y productivo que nos da sabrosos mejillones naturales casi todo el año, se tiende a despreciar a los sabrosos mitílidos en beneficio de otras especies menos sabrosas, pero más escasas y por lo tanto más caras y el mejillón que aporta su sabor de todas las maneras, él solo cocido al vapor, en ensaladas, garbanzos, en escabeche, con alubias, en los famosos "tigres" y demás exquisiteces que lo hacen un "campeón de la cocina", se ve despreciado en no pocas ocasiones, no por sus cualidades que son muchas sino por su abundancia, lo que no deja de ser una estupidez como un campanario...
ResponderEliminarOcurre que hay demasiado "leonardodavinci" de postal y demasiado "cultureta" del pesebre que aplauden auténticas estupideces porque son únicas, (véase Arco) lo mejor es cuando te las explican y te les quedas mirando pensando... "Este tio es tonto..." no lo dices, porque uno es educado y asimila que "tiene que haber de todo, como en botica"...y te viene a la mente la frase de Marx (Groucho):
"Recuérdeme que la próxima vez que le vea no le hable.."
Resumiendo mi comentario:
"Arriba los mejillones y abajo las deconstrucciones.."
P.D. Aunque tampoco hay que ser extremistas y hay deconstrucciones que pueden estar buenas..
Un saludo
Sí, amigo Temujin, coincido contigo. Lo vulgar no significa malo o de poca calidad, significa, si no voy errado, aquello que es relativo al vulgo, es decir a la mayoría, pues mayoría es el vulgo por encima de las individualidades exclusivas.
EliminarCreo que has acertado al exponer el caso concreto del mejillón, se trata, a mi entender, de un manjar exquisito y es a la vez vulgar, más vulgar que el caviar y no tiene nada que envidiarle. Y en el arte ocurre lo mismo, se aplauden obras de "alto standing" que son auténtcas majaderías, se presentan como originalidades y no son más que la memez del engreído que se cree "original" sin saber muy bien cómo es de original el capitel dórico.
Agradezco mucho tu comentario.
Saludos