Nicolas de Staël. Paisaje (1954)
La
crítica literaria dirige sus dardos o sus elogios a los escritos que se
encasillan dentro de los llamados géneros literarios. Textos de ficción, de
poesía y de algunos tipos de ensayos, generalmente ensayos relativos al mundo
de las letras (de las carreras de letras).
Este
modo de proceder es reductivo, ya que elude una gran parte de escritos
científicos o técnicos que muchas veces están expresados con una gran calidad
estética y por ello, deberían considerarse como obras literarias.
La
contribución de las ciencias, de las técnicas o lo que proviene del mundo del
Derecho, ha sido denostada por la crítica literaria, que tradicionalmente los
ha vertido al contenedor de lo funcional, y doy a este vocablo el sentido más
despectivo y zarrapastroso de la actividad humana.
Error,
craso error, pues el texto científico es también una expresión del pensamiento,
y si esto se practica con voluntad estética, no existirá ninguna razón para ser
excluido de la literatura con mayúsculas.
Una
crítica que reduzca el ámbito de la literatura a la órbita exclusiva de las
humanidades es una actividad coja, practicada por aquellos cuya opacidad mental
les ha facultado para el ejercicio de una crítica literaria reducida.
Son
literatura, y de la “buena”, aquellos textos que explican la realidad tal como
es, tanto como la anécdota, el detalle, la circunstancia del hombre y sus
emociones. Son literatura aquellos escritos que cuando cuentan algo y lo
cuentan bien, de forma que se entienda. Se trata de lo de siempre:
sujeto+verbo+predicado, buena adjetivación, precisión, rigor, sintaxis y, por
qué no, ortografía.
Todas
estas cualidades las hemos encontrado en magníficos informes periciales, en
memorias de proyectos de ejecución de redes de saneamiento urbano o en informes
forenses y no sólo en los géneros literarios al uso.
Pues estoy de acuerdo contigo, Francesc. En realidad sólo hay una frontera a tener en cuenta: la que separa lo que está bien hecho de lo que no lo está.
ResponderEliminarSalud
Amigo Loam, está claro, y los límites son muy precisos. Hay obras convencionalmente "literarias", sobre todo lo que se publica últimamente, que tienen errores sintácticos, que la adjetivación es paupérrima, que están llenas de imprecisiones y que hacen gala de un lenguaje frívolo e inconsistente. Todo esto se anuncia a bombo y platillo y los autores ufanos salen flotando entre una neblina de colorines en los platós de televisión o aparecen dando lecciones en las páginas de la prensa inculta. La crítica se fija en ellos mientras algunos textos técnicos o jurídicos de lenguaje preciso y gran inteligencia estética permanecen olvidados.
EliminarSalud
Completamente de acuerdo.
ResponderEliminarSalut
Amic Miquel, conocemos algún autor que planea por encima de los demás mortales.
EliminarSalud
Tens tota la raó, Francesc.
ResponderEliminar"Son literatura, y de la “buena”, aquellos textos que explican la realidad tal como es, tanto como la anécdota, el detalle, la circunstancia del hombre y sus emociones. Son literatura aquellos escritos que cuando cuentan algo y lo cuentan bien, de forma que se entienda. Se trata de lo de siempre: sujeto+verbo+predicado, buena adjetivación, precisión, rigor, sintaxis y, por qué no, ortografía.
Todas estas cualidades las hemos encontrado en magníficos informes periciales, en memorias de proyectos de ejecución de redes de saneamiento urbano o en informes forenses y no sólo en los géneros literarios al uso".
Impossible dir-ho millor. Alguna vegada hauríem de coincidir :-)
Amic El peletero, llegeixo sovint textos tècnics i m'estic trobant amb molt bona literatura. Precisió, claredat, adjectivació justa, correcció formal, comprensió objectiva de la realitat, rigor en el discurs, etc., totes aquestes qualitats les trobo a faltar en els textos o llibres de literatura convencional que darrerament s'està publicant, sobretot en llengua catalana. En aquesta hi ha un excés d'amanerament i de retòrica afectada.
EliminarSalut
Difícil establecer el límite entre lo literario y lo no literario; sobre todo cuando hay poesía y narrativa que dejan mucho que desear en cuanto a su calidad y originalidad. Si admitimos como literatura el "Informe sobre la ley agraria" de Jovellanos, aunque pertenezca a la categoría de ensayo, habría que admitir a muchos otros textos técnicos o científicos, siempre que estén bien escritos y aporten su granito de arena cultural a la colectividad, como por ejemplo "El origen de las especies" de Darwin o "El discurso del método" de Descartes.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
Amigo Cayetano, ciertamente es muy difícil establecer límites. Los escritos deben expresar una idea, un sentimiento o servir para la transmisión de un conocimiento, solamente deseo que los textos estén bien escritos. ¡Cuántos ensayos o textos científicos tienen una grandísima calidad!
EliminarSaludos
Muy bien dicho. La literatura, escribir para que quien lea comprenda, disfrute o sufra, según, y pueda decir que esa lectura le ayudó a entender o despertó un sentimiento o pasión es el logro principal de la palabra escrita.
ResponderEliminarEl otro día leía a un crítico que distinguía entre escritores profesionales y escritores artistas; los primeros son quienes conocen bien el oficio y escriben aquello que el público demanda y son una apuesta segura para las editoriales: Pérez Reverter y Mendoza, son el ejemplo; en la segunda categoría, los artistas, no se someten a leyes de mercado. Escriben para saldar cuentas consigo mismo y dar salida al impulso creativo. Venden poco o nada y son fieles a su visión personal de lo que es la literatura.
La cuestión no es categorizar, como bien dices, nos ilumina un texto sea de ficción o no, si comunica un saber, emoción o experiencia y lo hace sin engañar al lector y con una escritura limpia, en el aspecto estilístico y ético.
Escribir y leer es la tecnología más sofisticada de este planeta -por ahora-, sigamos disfrutando con ella.
Un abrazo grande
Querida Amaltea, añadamos que el texto científico o técnico persigue la verdad. Ahora estoy con el trazado de jardines de John Vanburgh, muy bueno.
EliminarAbrazos
Tienes razón, Francesc. Hay obras científicas que son interesantes también desde el punto de vista literario por su calidad narrativa y expositiva. Tenemos la manía de encorsetar conceptos y eso beneficia la amplitud de miras que debemos tener en todo.
ResponderEliminarUn abrazo y ¡felices fiestas!
Amiga Fanny, encorsetar es mal asunto. Hay textos sobre resistencia de materiales que son verdaderas joyas, desde luego muy superiores a tanta literatura adocenada de la que se publica.
EliminarAbrazos
Dudo que los críticos convencionales estén capacitados para llevar a cabo semejante empresa. Me atrevería a manifestar que ignoran que también se pueden expresar conceptos científicos con "alardes literarios".
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Francesc
Amigo Luis Antonio, personalmente he conocido algún crítico (no diré nombres) que, ante un texto que contenga algún número o plantee una fórmula matemática, por más sencilla que parezca, quedan bloquedados, no se detienen ni un momento en reflexionar y no continúan con la lectura.
EliminarSalud
Crítica cefalàlgia per a no deixar pensar, imprescindible per a este comboi politic-social en el que tots anem lligats amb la corda de la mediocritat.
ResponderEliminarSalut.
Sí, amic meu, mediocritat és la tónica i si només fos això, encara podría funcionar, però el pitjor és el rebuig i la intolerància, alguns s'ufanen de no saber res. Davant un raonament científic, se'n riuen i marxen.
EliminarSalud
Euclides: Proposición 47 (Elementos I)
ResponderEliminarhttp://abrantextos.blogspot.com.es/2011/02/euclides-proposicion-47.html
Si este texto no es hermoso, que me lo demuestren.
Amigo Abraham, este texto que citas es precioso y lo son muchos textos científicos y técnicos por su alarde de rigor y precisión. Expresan una realidad y transmiten un conocimiento.
EliminarUn abrazo amigo
Muy de acuerdo con tu planteamiento, Francesc. Me atrevería a apuntar que el propio término "literatura" no es nítido para muchos críticos y de ahí que lo utilicen de forma reduccionista como apuntas. Por supuesto que existe una literatura médica, jurídica, científica, etc. que tiempos ha sí que era considerada como tal. Tal vez les convendría leer un poco sobre teoría e historia de la literatura (disciplinas consideramas también literarias, por cierto).
ResponderEliminarUn abrazo.
Querida Rita, en el mundo antiguo, los que escribían eran hombres despiertos cuya actividad estaba muy alejada de las letras, eran abogados, sacerdotes, incluso filósofos o militares, alguno de ellos practicó la esgrima con cierta habilidad, quiero decir que fue diestro en el uso del florete. Probablemente tomaron la pluma para complacer a sus amistades o para obtener alguna reputación en su comunidad. El escribiente tenía poca confianza en que alguien le admirara por haber emborronado unas cuantas páginas, escribía por placer. A veces puro onanismo.
EliminarEntonces, la literatura no era, en absoluto una finalidad en sí misma, como no lo era el arte ni ninguna otra forma histriónica del quehacer del hombre.
Hoy, sin embargo, el hombre escribe para ser leído y la literatura se produce como finalidad.
La literatura es un método para aclarar y ordenar el pensamiento. Atendiendo a la razón y no creo que pueda ser otra cosa.
¡¡Horror, hoy existe el escritor!!
Estoy convencido que el resultado del cambio ha sido infausto, luctuoso, ominoso, funesto, una calamidad y una desgracia.
Y, a pesar de toda esta calamidad, el escritor continúa escribiendo y malviviendo, pues los que viven gracias a su pluma se podrían contar con los dedos de una oreja.
En la actualidad, la literatura es un tóxico, es el veneno de la sociedad. La literatura produce infelicidad y dolor.
Excluyo cuatro o cinco versos de la Divina Comedia de Dante Alighieri y muy poquita cosa más.
Estos textos actuales que han sido escritos con la única finalidad de ser leídos son solo una forma enajenada de la vanidad, son portentosamente cínicos, -¡ah! si me oyera el pobre Diógenes- son asombrosamente sensibleros, indignantemente patológicos y no contienen idea alguna, solo tristes eriales de palabras.
No quiero ofender a ningún artesano de la palabra -me perdonen las Musas-, sólo me reafirmo en mi vulgaridad y en mi materialismo pues de ellos no me puedo escapar aunque Rilke lance su mirada desde Duino, Baudelaire excave en el vacío y Rimbaud baje al infierno para insultar a la belleza.
Salud
En efecto sigo pensando que las fronteras entre los géneros se revelan a menudo muy permeables. Sólo que a menudo los prejuicios no nos permiten verlo, y mucho menos aceptarlo. La guerra estúpida e injustificada entre las ciencias y las letras, promovida por miradas muy estrechas, ha causado daños en ambos bandos inútilmente. Besos.
ResponderEliminarQuerida Salomé, es una lucha esteril donde pugnan aquellos cuya opacidad mental les impide ver más allá de su pobre conocimiento. Se unen incultura y prejuicios, es una pena.
EliminarQue pases una feliz Navidad.