Aunque motivos no le faltan, el escéptico se mira al espejo, hace un esfuerzo, y procura no dejarse llevar por el pesimismo. Es un descreído al que le resbala la colonia cuando se la echa a la cabeza.
El escéptico duda y acierta y cuando intenta hacer alguna reflexión sobre el ser humano acaba burlándose de él. No cree ni en las sombras y acaba convencido de que tutto in questo mondo è burla.
El escéptico sostiene que Diógenes es un exagerado y Prometeo un desengañado. No se los cree.
Por no callar me dice:
Que la gloria no es más que el aroma del amor propio y que arde como una hoguera de estopa.
Que la Verdad (con mayúscula) es un acto de arrogancia.
Que las pátinas sobre el bronce no siempre nos informan de la nobleza del metal.
Que la guillotina se oxidó demasiado pronto.
Que sólo los hipócritas se ponen cínicos.
Y cuando me habla de arte me dice:
Que la naturaleza sigue al arte y las ideologías quedan muy atrás.
Que el verde del musgo imita los colores de Lorenzo Lotto.
Que después del capitel dórico no ha habido más que plagios.
Que hay muchas "antígonas" posibles.
Que las estatuas son más bellas que los cuerpos humanos.
Que el arte tiene más vigor que el conocimiento.
Este descreído relativiza y sospecha que él puede sobrevivir con la tiranía de su incredulidad echándole, eso sí, una conveniente dosis de buen humor.
Comparto casi todas las ideas que nos muestras.
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo Luis Antonio, son las breves reflexiones de un escéptico que vive cerca.
EliminarUn abrazo
Diría que conozco a tu escéptico, es más, casi aseguraría que he charlado con él de las opiniones que reproduces. Le doy la razón en que con humor se puede sobrevivir, sin él, la vida se convierte en un rosario de desgracias.
ResponderEliminarAbrazos
Amiga Marga, ¿conoces a este escéptico? ¿sí?, entonces ya sabrás que a pesar de su escepticismo, él no se deprime, sigue adelante con entusiasmo, yo creo que lo hace simplemente para sentirse vivo y por sus ganas de contemplar el espectáculo del gran teatro del mundo.
EliminarLe he comentado que nos esperan setecientos años de miseria creativa y él esboza una sonrisa irónica, asiente y me dice: ¡adelante!.
Es un vitalista que aprecia a sus amigos.
Un fuerte abrazo.
El escepticismo filosófico afirma que la verdad no existe o que, si existe, el ser humano es incapaz de conocerla; no quiero llegar al extremo, porque por verdad puedo estar de acuerdo con muchos de los postulados aquí expuestos, como por ejemplo la que afirma que la gloria no es más que el aroma del amor propio y que arde como una hoguera de estopa.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo.
Y también estoy de acuerdo en la afirmación que nos dice: tutto in questo mondo è burla.
Un abrazo
Amic Miquel, yo creo que este sujeto que vive por aquí cerca, conoce bastante bien la realidad que le rodea, no en balde ha tenido que asumir mil responsabilidades y soportar una enorme cantidad de cabronadas que vienen del entorno. Él ya sabe que la verdad no existe, pero sigue adelante porque es una individuo vitalista. Sabe muy bien que muchos viven de la burla, son corruptos y embaucadores que actúan y después se ríen.
EliminarUn fuerte abrazo.