viernes, 30 de mayo de 2025

El Clot

 

dedicado a Miquel Cartisano



De pequeño, en aquel barrio industrial, El Clot, con las chimeneas echando un humo irrespirable, oíamos decir:

Aquest fum ens matará (este humo nos matará)

y otros respondían:

Aquest fum ens dona vida (este humo nos da vida)


Los relojes marcaban las horas de hollín y las sirenas de las fábricas marcaban el ritmo de los turnos laborales.


Las máquinas no se detenían, 24 horas, aquello era un hervidero de trabajo.


Las fábricas no se conocían por el nombre de la empresa sino por el de su dueño, que era el primero en entrar por la mañana y el último en salir, ya cerca del crepúsculo.




12 comentarios:

  1. Antes de nada darte las gracias, mi buen Francesc Cornadó. No añoro aquello, pero...encuentro a faltar
    La sonrisa de la gente a las seis de la mañana
    Los bocadillos envueltos en La Vanguardia
    Los silbidos del personal cuando iba y venía del trabajo
    Las risas de las aprendizas
    El traje de faena de los aprendices
    El silbido de la sirena cuando empezaba la jornada
    y el mismo, pero diferente, cuando acaba la misma.
    El sobre amarillento a las tres de la tarde del fin de semana que te daba el cajero de la empresa.

    Todo eso y más hacían de esta una sociedad sacrificada y contenta, porque había una cosa muy sencilla en el fondo:
    ilusión.

    Un abrazo
    PD: Otra vez las gracias por la dedicatoria

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    1. Miquel, no añoro aquello, eran años de privaciones, años durísimos, largas jornadas de trabajo. El trabajo era bienvenido y el esfuerzo se valoraba. Fui partícipe de aquellas ilusiones que nos hacían prosperar. Tú lo conoces muy bien y por esto me ha complacido dedicarte el escrito.
      Un fuerte abrazo

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  2. L'Amo, una figura entranyable que ha desaparegut. Potser Josep Puigneró en seria un dels últims exemplars.

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    1. Amic Puigcarbó, he conegut, per la meva profesió, alguns industrials de Sabadell, eren un bon exemple de treball i feina ben feta. Hilados y Tejidos Puigneró fou un magnífic exponent d'aquella industria sabadellenca.
      Salut.

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  3. No conozco esa zona , pero sí esas fábricas q se conocían por el nombre del dueño, mi padre era uno de esos q entraba el primero y salía el último , como uno más de los muchos trabajadores q cada día acudía allí. Su fabrica no tenía chimenea , fabricaban maquinaria para minas y cintas trasportadoras , ves? sin pretenderlo tb me has llevado a mí infancia , mil gracias! un beso muy grande para MIGUEL y para ti!

    Me gustan , estás chimeneas esbeltas de ladrillo , son cuernos q salen de la tierra , como antenas de langosta : )

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    1. Querida María, El Clot fue el barrio de mi infancia donde mis padres tenían un pequeño negocio, allí me crie rodeado de fábricas y allí fui a una escuela muy, muy particularísima donde aprendí mucho. (un día debería hablar de aquella escuela tan singular)
      La enseñanza también me llegaba de la realidad de aquellas fábricas donde podía ver gente esforzada, ilusionada y respetuosa.
      Las chimeneas de El Clot, del Poble Nou y de casi todas las fábricas se construían con ladrillo macizo, el aparejo era muy importante tanto por su estabilidad y estática como por su aislamiento.
      Abrazos mil

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  4. En la Córdoba de mi niñez, no faltaba el humo de las fábricas, La Electro, Cenemesa, la fábrica de la porcelana, la del jabón. No faltaban los"chimeones", Ahora abandanodos, pero con otra utilidad, anidan cigüeñas, que no faltan a su cita.

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    1. Car res, parece que en aquellos tiempos las chimeneas proliferaban.

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  5. Refieres unos tiempos en los que estaban muy definidas las clases, todo el mundo era consciente de cuál era su posición social. Esta era la base para ascender al siguiente peldaño social: el aprendiz quería alcanzar la maestría; la criada deseaba una buena boda y liberarse de trabajar para otros. Toda la escala social era dinámica, alimentada por la ilusión de prosperar. Y los patronos, los burgueses que entonces expandían sus negocios tenían, en general, una voluntad paternalista hacia sus trabajadores. Prueba de esto son las colonias industriales del Llobregat, allí había escuela, enfermería, iglesia y pisos para albergar a la población que venía del sur o del norte de España. No existían CEOS, ni departamentos de marquéting, tampoco esa pulsión por aparentar más de lo que se era. De entonces aquí han mejorado mucho las cosas, pero también hemos perdido una manera de aspirar a la superación personal y a realizar bien el oficio. La pericia en el trabajo era un orgullo. Hoy todo son ínfulas y apariencias y poquísimo queda de aquellos ateneos populares, al servicio de obreros que deseaban cultura y conocimiento.

    Abrazos muitos

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    1. Querida Marga. Han pasado muchos años, todo cambia. Las relaciones laborales y la forma de progresar en el trabajo han cambiado mucho, especialmente después de la irrupción de los jóvenes yuppies formados en escuelas de negocios. Del paternalismo de aquellos tiempos se ha pasado a la agresividad del márquetin y la publicidad y la burocracia alienante.
      Ciertamente han mejorado mucho las cosas y mientras se perdía en respeto y se menospreciaba la capacidad de esfuerzo, iba aumentando el confort; aumentaba el tiempo de ocio y perdíamos en calidad de la alimentación. No lo sé, querida Marga, espero muy poca cosa, así que, por lo poco que espero, pocas tortas me voy a pegar, al fin y al cabo, la esperanza e una ilusión del espíritu.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Estuve ahí,
    cuando era
    la Cataluña
    del 155, pero
    no recuerdo
    eso, en
    realidad,
    toda la zona,
    era de lo más
    moderna,
    nada de
    edificios
    históricos .

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    1. Amigo Orlando, me refiero a los años 50 y 60 del siglo XX, aquella Barcelona era de otra manera, las fábricas y los talleres, la producción en definitiva, estaban por toda la ciudad.
      Con el desarrollismo las fábricas se fueron cerrando, desaparecieron unas y otras se trasladaron a los polígonos industriales.
      Cuando el 155 las cosas ya eran de otra manera.
      Abrazos.

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