El Palacio de la Agricultura que se construyó para la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 es el mayor de los pabellones de aquella exposición.
Su extensión inicial era de 16.000 m2. Se reformó después y actualmente sólo se conserva la mitad de su superficie. El conjunto está formado por varias edificaciones.
Primero se dedicó a la Agricultura, después fue mercado de las flores y actualmente está dedicado al Teatro (Instituto del Teatro, Teatre Municipal Mercat de les Flors, Teatre Lliure).
Allí todo es teatro. Su arquitectura es teatral, es como una función dramática del paso de un estilo arquitectónico a otro. Parece una función de urgente representación. Una arquitectura que pretende representar una imagen florentina y queda reducida a un conjunto de molduras de tierra cocida (muchas de ellas rotas) que se distribuyen sobre paredes revocadas y pintadas de blanco.
El conjunto se encuentra en la frontera del barrio de la França Xica en el Poble Sec y el Parque de Montjuïc.
Los autores del proyecto, los arquitectos Josep Maria Ribas i Casas y Manuel Maria Mayol i Ferrer, quisieron seguir los cánones de la arquitectura noucentista y para ello adoptaron un lenguaje propio del quattrocento florentino.
Proyectaron, sin embargo, fachadas blancas y amarillas con los vanos de puertas y ventanas enmarcados con molduras postizas de cerámica.
La profusión de elementos de barro cocido discurre por todas partes (marcos, ménsulas, pilastras jónicas, cuarteles, volutas, jambas, arcos con arquivoltas, etc.)
Sobre el arco de la puerta principal y monumental hay un relieve, también de tierra cocida con alegorías del trabajo en el campo y la inscripción "AGRICVLTVRA"
Todo me parece un teatro en el que hay múltiples torres ochavadas que sobresalen sobre el tejado, cubiertas de teja adornadas con pináculos cerámicos y la gran cúpula con tambor central que pretende emular las magníficas cúpulas nervadas del Renacimiento.
Ahí encontramos un catálogo de galerías, arcos, entablamientos, frontones, conchas, decoración en candellieri, ventanas renacentistas y arcos serlianos, (no encuentro ningún sentido al uso del serliano en esta composición de fachada, esto me desagrada).
En el cuerpo de acceso, el de la esquina, vemos dos lonjas de acceso formadas por tres arcos de terracota que descansan sobre columnas toscanas de piedra, dos galerías de ventanas con columnas toscanas y un alero de tierra cocida.
En el edificio podemos contemplar magníficas obras de diversos artistas, Miquel Barceló, Frederic Marès y pinturas de Darius Vilàs.
Precisamente en la esquina de la calle Lleida y el paseo de Santa Madrona, en este ángulo del edificio, Frederic Marès realizó una placa de bronce sostenida por dos ángeles en homenaje al arquitecto Manuel Maria Mayol, uno de los dos autores del Palacio de la Agricultura.
Mayol murió en 1929, el año en que se inauguró la Exposición Internacional de Barcelona. Murió joven, a los 30 años de edad, un joven esperanzado adscrito al estilo noucentista. Su arquitectura, a juzgar por lo poco que construyó, me parece apresurada, en el sentido de que le faltan horas de reflexión y dibujo. Veo en su noucentisme una tríada que nada tiene que ver con el lema de Vitrubio que recomendaba:
fírmitas-utilitas-venustas,
allí veo
desequilibrio-despropósito-desproporción.
Su arquitectura es más teatral que firme, útil y bella. Parece que Mayol haya querido interpretar el noucentisme tomando modelos del renacimiento florentino, pero su interpretación parece afectada por la espectacularidad y una cierta carga ornamental, más o menos injustificada, heredada del modernisme que ya había muerto.
En el conjunto de los edificios que hoy componen el antiguo Palacio de la Agricultura, no podía faltar también un restaurante. No voy a hablar de menús, ni de servicios, no voy a hablar de comida, ya he dicho que allí todo es teatro y prefiero haber hablado de arquitectura.
No entiendo de arquitectura, pero siempre, y he pasado miles de veces por la puerta, miles, me parece un despropósito.
ResponderEliminarNunca le he encontrado utilidad alguna y siempre ha sido un espacio infrautilizado.
Agradezco la exposición que nos haces y su explicación.
Sin entender de arquitectura, convengo en todo lo que dices.
Salut
Amic Miquel, tú conoces muy bien este edificio y ya habrás visto la locura de unas molduras de cerámica que recorren todos los paramentos, los dinteles, los arcos, están por todas partes, son molduras formadas por piezas de cerámica de molde, verás que muchas están rotas.
EliminarVeo en este edificio una desproporción y un "noucentisme" malentendido.
En la esquina superior, en la fachada de la calle Lleida con el Paseo de la Exposición, allí hay un arco serliano gratuito que me saca de quicio, es como si pusiéramos un ramo de violetas en una hamburguesería.
Salud.
Francesc:
ResponderEliminaruna muy interesante ruta la que nos proporcionas hoy.
Gracias.
Salu2.
Amigo Dyhego, paso muchas veces por delante de este edificio y siempre pienso que es un desaguisado de molduras inútiles, exageración de espacios, desproporción y una especie de novocentismo mal entendido.
EliminarActualmente en el encontramos: el Instituto del Teatro, el Teatro Municipal, el "Teatre lliure" y alguna otra cosa más relacionadas con el teatro. El edificio me parece un despropósito teatral.
Salud.