Junto a la escasa sombra del ciprés blanco
se encuentra la fuente del Olvido
donde beben los impíos,
aquellos que no estiman la plenitud
de los cuerpos enamorados.
Al otro lado, está la fuente de la Memoria
que ofrece su agua fresca
a los que desean la plenitud
del recuerdo y la perfección de un torso.
De ambas fuentes, todos bebieron sus aguas
y confundieron las caricias con los mármoles
y, desorientados, emprendieron la larga marcha
hacia las sombras frondosas del bosque de metal.
Entre los árboles de cobre y níquel
hallaron la puerta del infierno,
donde vive la Belleza que les esperaba
sentada en un sitial de lodo,
Los bebedores, conocedores de las sombras,
sólo encontraron, entre el légamo,
una sombra espesa en la que se perdieron.
F. Cornadó
Cuando se tiene sed no se mira la procedencia del manantial. En ocasiones se bebe del olvido para no recordar. En otras, bebemos del agua del recuerdo para no olvidar.
ResponderEliminarMe ha gustado el poema, es, ya ves, metafísico.
Un abrazo
Amic Miquel, cuando tenemos sed bebemos, como tú dices sin mirar la procedencia de las aguas, debemos, sin embargo, evitar las contaminaciones, evitar los engaños, las manipulaciones de las aguas.
EliminarLos recuerdos nos acompañan.
Salud.
Buen poema, ¡enhorabuena!
ResponderEliminar«Al otro lado, está la fuente de la Memoria que ofrece su agua fresca, a los que desean la plenitud del recuerdo y la perfección de un torso». Bien, creo que yo bebí y sigo bebiendo en esas aguas y emprendo, junto a otros, la larga marcha hacia las sombras frondosas del bosque de metal. Quizá allí encuentre "la Puerta del infierno", al modo Rodin, o "la Puerta del Cielo", al modo de ese lugar de Ibiza que ahora venden los touroperadores. Me da igual lo que encuentre, la verdad; el almanaque sigue desgranando sus hojas sin piedad alguna. Ya se irá viendo.
Un abrazo
Gracias, GranUribe, celebro que te haya gustado el poema.
EliminarSon versos inspirados por las sombras errantes, por la verticalidad del ciprés y sobre todo por el mármol del "Torso de Apolo Arcaico ", Rilke dice que ese "torso arde aún como candelabro..."
Hay que tener cuidado con las aguas, buscar lo depurado, lo no contaminado por el vencedor, y con precaución ir avanzando por el bosque de la Belleza.
Salud.
Francesc:
ResponderEliminar¡qué bueno sería poder beber de las dos fuentes, pero en dosis precisas y personalizadas!
Salu2.
Sí, Dyhego, procurar saciar nuestra sed con la memoria de lo bello y con el olvido de lo indeseable.
EliminarSalud.
Muy hermoso y profundo tu poema , mi querido FRANCESC...El olvido y la memoria son fuentes de las q bebemos según el tipo de sed q nos asalte...Los humanos tenemos a subjetivizar los recuerdos, amplificando los buenos y minimizando los malos o mejor dicho, aquellos en los q nosotros no salimos bien parados ...nuestras mentes es ese bosque de metal y hierros retorcidos q a mifi de alambique sublima nuestros recuerdos para dejarnos el resultado de esa sublimación ...jajaja perdón, por mi divague ...me llevan tan lejos tus palabras q me pierdo y no sé volver ; ) Un beso y muy feliz domingo !!
ResponderEliminarQuerida María, celebro que te guste este "ciprés blanco".
EliminarDe él buscamos su sombra amable, quizás nunca hubo una sombra tan amable: "ombra mai fu".
El olvido y la memoria hay que dosificarlos.
Abrazos mil.
La imagen del ciprés blanco me conmueve.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Marga, esto de que haya conmovido es algo terrible, ja, ja, ja, no esperaba que este "ciprés" produjera este tipo de cosas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,