miércoles, 23 de abril de 2025

Periplo

Angelus Novus (1920). Paul Klee 


Lejos del sedentarismo, la lectura incita al nomadismo. A partir de las páginas del libro partimos a un viaje que nos conduce a los territorios de la razón y el sentido, a los paisajes más bellos y a las ciudades de la comunicación.

Las extremidades se movilizan entre equipajes y expectaciones. Nos esperan unos nuevos libros de fachadas y otras lenguas, un café y unos semblantes que quedarán en el recuerdo.

Entre el paisaje y nuestra experiencia interponemos el deseo de belleza.

El texto del libro que teníamos en las manos sedentarias va siendo sustituido por las nuevas imágenes y las voces extranjeras de un lugar donde nosotros somos los extranjeros.

Somos lo indeciso en las calles nuevas que se entrecruzan entre los idiomas y el arte.

Recordaremos los versos de Petrarca y con prudencia cruzaremos el estrecho entre Escila y Caribdis donde el poeta temía perder el Arte y la Razón.

18 comentarios:

  1. Gracias a la lectura he estado en muchos lugares sin pisarlos; recuerdo que un día aparecí empapado leyendo un pequeño, muy pequeño libro de apenas dieciséis páginas, se trataba de "Isabel viendo llover en Macondo", y cuyo argumento trata sobre la lluvia en aquella población de Colombia en los meses de primavera.
    Un abrazo
    Salut

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    1. Amic Miquel, la lectura nos abre la visión, nos da a conocer unos mundos insospechados y unos matices que la visita apresurada de un determinado paisaje no te los descubrirá nunca.
      Salud.

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  2. Pues sí, cada vez me interesa más el nomadismo en la lectura, tanto un nomadismo en el tiempo como en el espacio. Siquiera para no padecer la oxidación ideológica en las mentes de muchos que se ve por ahí. Y para comprobar que los otros humanos de los confines del mundo no se diferencian de nosotros (y viceversa) Y para pasarlo bien en el viaje, obviamente.

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    1. Desde luego, amigo Fackel, es un nomadismo en el tiempo y en el espacio, una visión de otros paisajes y de la historia. Esta visión favorece nuestra capacidad crítica y creativa, ayuda a entender nuestro espacio y nuestro presente. Gracias al nomadismo lector conocemos matices de la realidad que si no fuera por los libros pasarían desapercibidos.
      Salud.

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  3. Has descrito una bonita manera de ver la lectura Francesc.

    Abeazos.

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    1. Amiga Conchi, la lectura nos ofrece un viaje íntimo que nos enriquece.
      Salud.

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  4. «Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio».

    Así empezaba Mario Vargas Llosa su discurso de recepción del premio Nobel 2010.

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  5. En estos momentos, la mejor forma de transportarme a otros lugares sin que me dé tanta pereza es abrir un libro. Y, por supuesto, la única forma de viajar en el tiempo.
    Los beneficios de la lectura no tienen parangón.
    Saludos Francesc

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    1. Amigo Fernando, viajamos por el mundo de los libros sin necesidad de cargar con equipajes, sin hacer colas en los aeropuertos o en las estaciones y no tenemos que aguantar aglomeraciones. Con comodidad y con una buena lectura descubrimos unos mundos de inteligencia y belleza.
      Saludos

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  6. Además de lo expuesto, también se dice que las lecturas que hacemos nos definen...

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    1. Sí, Luis Antonio, la lectura es una forma de experiencia que va configura nuestro carácter.
      Abrazos

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  7. Francesc:
    leer un libro es, efectivamente, lanzarse a un viaje. Ya se me pasaron las ideas de que había que leer sí o sí a tal autor porque era "imprescindible". Ahora leo lo que me da la gana. Como sé que no podré leer todo lo que quiero, por lo menos disfrutaré leyendo lo que puedo y me apetece.
    Salu2.
    S

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    1. Amigo Dyhego, hay libros que nos invitan a emprender viajes enriquecedores.
      Se publican muchos libros, cada vez más, y muchos de ellos son prescindibles, parece que solo sirvan para ocupar espacio en las estanterías y acumular polvo.
      Hace mucho tiempo que apenas leo literatura de ficción (novelas, cuentos...) posteriores al Siglo de Oro.
      Salud

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  8. ¡Jesús, María y José!
    Espero que la lectura, por su nomadismo, otras lenguas y tal y tal, se encuentre bien alejada del nacionalismo para no perjudicar unos intereses tan nobles (a los del independentismo y eso me refiero, no a los de la lectura).
    El libro siempre ha sido algo eléctrico. Y el acto de leer, electrizante. Con razón, Clarice Lispector tituló a ese encuentro "la felicidad clandestina".
    Fuerte abrazo.

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    1. Amigo Pitt, el nomadismo y el viaje ya sea a través de la lectura o yendo a la pata coja, siempre es un antídoto contra venenos tales como los nacionalismos, la brujería, los fanatismos...
      El libro puede hacer saltar chispas eléctrica o destellos de belleza.
      Abrazos

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  9. Algunos libros invitan más a salir y reflexionar que otros.

    Saludos,
    J.

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  10. Amigo José A. hay libros que son una auténtica joya, con ellos parece que puedas trasladarte por territorios insospechados, nos enriquecen.
    Otros son de una insignificancia literaria tal, que no justifican el dispendio del papel con que se han hecho.
    Saludos.

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