Busco entre los setos recortados y bajo las pérgolas una poética de sombras amables, la busco también en los cenadores que resguardan los chismes más civilizados.
Siempre me han gustado los jardines. El jardín es un "teatrino" de la naturaleza, es el paisaje cultivado. Su geometría es el dominio de la razón sobre la naturaleza inculta.
Amo el jardín mediterráneo, tanto el versallesco como el italiano. Unos y otros son un gozo ardiente.
Sé de jardines de más allá. Mi imaginación quería volar de los jardines de Boboli en Florencia a Samarcanda o a los jardines persas, quería seguir las huellas de Sheherazade, pero en aquellas tierras se detuvo el gozo imaginado, se detuvo ante la ostentación ruda de quienes dominaban y poseían el agua.
Siempre que mi pensamiento ha volado más allá de los límites de los olivos, la decepción me ha sumido en la tristeza de unos capiteles desproporcionados, de unas figuras barbudas y unos leones alados.
He querido saber de los jardines persas, para ello tomé una profesora particular para que me diera unas clases sobre aquellos jardines.
Miraba grabados y planos antiguos y cuanto más sabía de aquellos jardines, menos me gustaban.
Los jardines siempre tienen algo de oasis, de paraíso perdido y después recuperado.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano, los jardines son un pedacito de naturaleza domesticada, son un huerto ameno, un lugar de tranquilidad. Bien lo sabía el Medici.
EliminarSaludos
Me encantó Jardí Ardent. Creo que el lugar más evocador y misterioso es siempre un jardín, en todas sus variedades: salvaje, afrancesado, inglés, romántico, cartesiano. ¿Dónde mejor puede estar un ser humano? Yo no tengo jardín, sí tengo un patio y plantas; es mi lugar favorito para contemplar el cielo, la buganvilla o mi araucaria en crecimiento lento. Abrazos
ResponderEliminarQuerida Marga, me gustan mucho los jardines, intentaba expresarlo con una insignificante prosa poética en mi Jardí Ardent.
EliminarLos jardines europeos son mis preferidos, no en balde mi eurocentrismo determina mi gusto. No puedo opinar sobre los jardines chinos o japoneses, pero cuando he intentado conocer algunos jardines lejanos, especialmente los persas, me he llevado una decepción; entre la botánica dibujada presentía una ostentación tosca.
Abrazos.
Excelente. Buscaré tu libro...
ResponderEliminarAbrazo!!
Amigo Carlos, celebro que te haya gustado.
EliminarEl libro lo publiqué en 2018, no sé si todavía se encuentra por las librerías, se publicó en catalán.
Abrazos.
No he leído Jardí Ardent, aunque sé que te informaste mucho para escribirlo, tuviste dudas de si publicar tus reflexiones y nos has mostrado aquí fragmentos. No conozco nada de los jardines persas ni de los minimalistas japoneses (estos solo en fotografía, nunca he estado en Japón).
ResponderEliminarMi terraza es muy modesta, solamente tengo un hibisco —sus flores duran un día—, algunos geranios y varios cactus, que a veces florecen de manera impensable. Veo desde ella el cielo mucho menos de lo que quisiera, siempre entre edificios. Pero, por lo demás, ahora mismo firmaría lo que ha descrito tan bien Marga.
Abrazos.
Amigo Gran Uribe, el libro es una prosa poética, reflexiono sobre la belleza de una naturaleza cultivada y sobre el paseo entre sombras y flores.
EliminarHe vivido durante años en un piso del Eixample con un jardín -era un piso principal de esos que tienen un jardín interior- era un jardín con árboles. Al final me cansé mucho y nos mudamos.
Salud.
Tampoco tengo jardín, pero a medio kilómetro de casa ya me encuentro entre árboles, plantas, pequeños canales y campos agrícolas, así que estoy a la par.
ResponderEliminarTambién me gustó, y no poco, tu libro Jardí Ardent, libro que me hace compañía con otros tuyos, y que los tengo en un lugar especial en mi ahora pequeña biblioteca.
Los jardines siempre me han trasmitido paz, menos el de El Bosco, cuyo jardín me lleva traspuesto desde hace muchos años, pues no entiendo como una persona pudo pintar aquello en aquella época.
En la vida hay cosas que siempre me han intrigado.
Un abrazo
Amic Miquel, tú estás rodeado de naturaleza y en un entorno muy bonito.
EliminarYa sabes que el libro es una reflexión poética sobre la belleza.
El jardín de El Bosco es inquietante.
Abrazos.
Hubo un tiempo en el que salir de las murallas a la Naturaleza era sinónimo de peligro. Quizás por ello los poderosos quisieron domesticar parcelas de Ella creando jardines en sus posesiones. Hoy en día la mayoría de la Naturaleza es paisaje y muchos jardines son públicos. El peligro se ha vuelto más sutil.
ResponderEliminarAmigo Julio, la Naturaleza salvaje es un monstruo peligroso, te manda un alud, una riada, un movimiento sísmico y acaba con todo.
EliminarMe gustan los jardines, es la naturaleza domesticada, aunque sea solo un pedacito.
Salud.
Me declaro gran entusiasta de los jardines, son la recreación ordenada de algún modo de la naturaleza, tan inspiradora... Me he quedado con ganas de saber más de los jardines persas, de saber también porqué no te gustan y de tu desilusión...
ResponderEliminarAbrazo, Francesc!
Querida Milena, los jardines son una maravilla, me gustan desde siempre y cuando empecé a estudiarlos, quedé rendido a sus geometrías. Me gusta el jardín italiano tanto como el jardín francés, estos me gustan más que el jardín inglés.
EliminarCuanto más he sabido de los jardines persas, menos me gustaban. Habían creado en mí una ilusión, vana ilusión, pensando en Babilonia o un Edén imaginado, luego he visto que no eran más que una forma de ostentación de quienes poseían el agua. Sus trazados son bastante simples, puedo admirar si acaso el trazado de una especie de Cardo y Decumenos, pero casi nada más.
Los jardines persas actuales que se muestran a los visitantes tienen mucho de márqueting y poco de lo que nos muestran los grabados antiguos.
Abrazos.
No soy el "jardinero fiel", ni tengo la más mínima idea acerca del cuidado de un jardín, durante mi infancia creía a ciegas en los jardines colgantes de Babilonia y al hacerme mayor los archivé junto a las cosas del realismo mágico, nunca he llegado a necesitar tocarlos para saber de su hermosura, así que igual disfruto imaginándolos, o caminando por los jardines que me encuentro en la vida.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Dean, los jardines imaginados nos pueden complacer. La imaginación ayuda.
EliminarCon la imaginación ocurres que muchas veces produce algunas decepciones, pues imaginamos tipologías ideales y luego la realidad nos defrauda.
No es el caso de los jardines de Babilonia, pues nunca hemos sabido, exactamente como eran.
De momento nos conformamos con la sombra amable de las pérgolas y el aroma del jazmín que crece en los parterres.
Saludos.
Estimado Arquitecto, agregaría el jardín de los senderos que se bifurcan, maravilla de jardín (Leibniz). Saludos primaverales
ResponderEliminarEstimada Selva el jardín de Leibniz es una metáfora inteligentísima de aguas cristalinas.
EliminarSaludos
He visto muchos jardines en bastantes países, de los que he visto, los más proporcionados, los más agradables, donde mejor me he sentido han sido los chinos. Son jardines cuidados con esmero, con amor, donde casi no hay líneas rectas, pequeños puentes curvados.
ResponderEliminarAlli se podia ver en los amaneceres a los jubilados cuidando de forma altruista los jardines públicos, siempre me gustaron los jardines. Vivo en un pueblo y tengo una casa con uno grande que cuido yo mismo.
Un saludo.
No conozco los jardines chinos, de ellos sólo he visto planos, dibujos, fotos. Por lo que he visto me parecen lugares tranquilos y muy cuidados.
EliminarSaludos.
Los jardines son una definición de todos los anhelos de una sociedad. También de sus frustaciones.
ResponderEliminarAmigo Pedro, uno de los anhelos de casi todas las civilizaciones es dominar la naturaleza. El jardín es una expresión de este anhelo.
EliminarSaludos.