martes, 10 de septiembre de 2019

Vacantes

 Monstres dels marbres verds dels Alps.  -  F.C. (agost 18)


Supongo que cuando Nietzsche anunció que Dios había muerto ya sabía quién ocuparía la vacante.

La naturaleza, ¿quizás?
El superhombre, ¿acaso?

¡Uf!, no quiero ni pensarlo. La naturaleza no es sabia ni es nada. Cuando revienta se lo lleva todo por delante, no tiene moral ni objetivo. No desprende ninguna energía feliz, desprende lava, chocan las placas tectónicas y se producen los terremotos que matan a tantos inocentes. Huracanes, aludes, inundaciones y tsunamis forman parte del repertorio de desgracias naturales, las eras glaciales acaban con civilizaciones enteras y un sinfín de tumultos naturales puede acabar con la especie humana.

Tampoco el superhombre, ni la super-woman, ni la turbo-girl, ni el rubio hiper-atlético de ojos azules. No, cuidado con superhombre, entre sus características cabe destacar la capacidad de purgar a los demás, es rencoroso y su resentimiento es inconmensurable. El superhombre es intolerante, si se instala en el trono divino acabará con todos nosotros.

Si se releva el puesto que dios ha dejado y no derribamos su poltrona, no cambiará el paisaje divino, será el mismo de siempre: un estado simbólico desgraciado y perpetuo. Permanecerá el arché y pensaremos que todo habrá cambiado, pero todo continuará igual. Como siempre.

Aquel dios era inclemente, como corresponde a todo dios que se precie. Algunos han afirmado que era un Ser eternamente diferido, una condición incondicionada, un problema de “diferencias” o una perpetua efervescencia. Así las cosas, no es extraño el anhelo de sustitución.
Tarde o temprano, la Ciencia nos revelará la infancia del arché.
Las musas Clio , Euterpe y Thalia , de Eustache Le Sueur (1652)


¿Y las musas? ¿Qué pasa con las musas? Seguro que se han jubilado y han dejado sus puestos vacantes que también habrá que cubrir. 

No creo que sea la filosofía quien las releve, ni siquiera la ciencia. La primera no hace más que preguntar y la segunda, la ciencia, responde y demuestra, pero quién canta, quién danza, quién escruta el fondo de la rosa, quién representa el latido de los jardines.

Las musas han permanecido incólumes, han escuchado el eterno chirriar del giro de la noria, han visto cómo unos crepúsculos frágiles anunciaban la noche santa, el juego del azogue, la reflexión de las imágenes y el engaño del trampantojo. A pesar del júbilo de las musas, todo esto permanece.

Se habrán jubilado las musas, sí, pero ¿ha muerto la belleza?

Las musas Melpomene , Erato y Polyhymnia , por Eustache Le Sueur (1652)

8 comentarios:

  1. No, no ha muerto la belleza. Doy fe porque la vi el otro día en Montjuïc.
    Iba de la mano de Mayte, cuando delante nuestro, y a lo lejos, vimos una pareja cogidas de la mano, encogido él casi con chepa, con un bastón ella asido a la mano derecha.
    Iban cogidos de la mano y lentamente, muy lentamente subían la cuesta de la recta de El Estadio.
    Al cabo de poco tiempo les alcanzamos, nos saludamos con un "bon día", y les superamos, no antes de echar una mirada hacia atrás, observando como ellos miraban el paisaje juntos, en compañía de sus recuerdos y disfrutando ambos de su compañía.
    Una escena que me gustó sobremanera en esta época tan banal y supérflua.

    Un abrazo
    salut

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    1. Amic Miquel, bonita escena, el amor perdura, y la ternura se apodera del tiempo.
      Yo creo que la belleza no ha muerto, me temo que la sensibilidad para apreciarla se va deteriorando por culpa de una mala educación y por la zafiedad de una sociedad inculta y hostil.
      Salud

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  2. Cuando los dioses mueren llega el superhombre. No es el caso. Esto que tenemos ahora se parece más al apocalipsis: los dioses contemplan cómo la Tierra tiembla, mientras van llegando al poder diversas versiones del anticristo, gente chabacana, zafia, inculta, pero que sabe tocar el botón de la sensibilidad de las masas para que estas les voten, populismo rancio ultranacionalista.
    Me quedo con las musas.
    Un abrazo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano. En efecto la Tierra tiembla por efecto de los "tsunamis democráticos" que tanto gustanb a los ultranacionalistas.
      Abrazos

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  3. Francesc, me ha encantado lo que has dicho de la naturaleza. Tomo nota y, con permiso o sin él, lo apuntaré de mi cuaderno "cosas que me hacen feliz" y disfrutaré de esos párrafos tan realistas, tan críticos y llenos de ese rencor verdadero que tenemos contra lo que nos es adverso tantas veces.

    Un abrazo.

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    1. Amigo Pitt, he escrito bastantes cosas sobre la inclemencia de la naturaleza, también algunos poemas donde intento desmitificar el culto pueril a la naturaleza. Voy contra este encandilamiento supersticioso de la "Madre Tierra", esto es esotérico y contra esto no puedo sino combatirlo.
      En este blog, dominado por mi materialismo, mi vulgaridad y mi admiración por la técnica humanizada, encontrarás muchos ejemplos de mi militancia contra la magia, la superstición y todo esta pachanga que no hace más que enajenar al personal.
      Abrazos

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  4. Respuestas
    1. Sí, Pedro, el trono puede quedar vacío o no poner un gestor divino que organice los espacios celestiales.
      Abrazos

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