Je vous envoye un bouquet, que ma main
Vient de trier de ces fleurs épanies
Pierre de Ronsard
Se
adaptan al ambiente y a cualquier circunstancia, las admiro, ellas son:
Madame Eugène
Résal y su hermana mayor, Madame Laurette Messing,
La Comtesse
Riza du Parc
Caroline
Testout
Gustave Regis
El Souvenir de
Catherine Guillot
Madame Falcot
La vieja Malmaison
y la más dulce, La
France
Otras
buscan la sombra:
Comte de Paris
Papa Gontier
y
otras con el sol se solazan:
Maria Immaculata
Beauté Inconstante
Madame Jules
Grolez
A
la pareja Rêve d’Or y William Allen Richardson, les gusta la luz, pero la
intensidad del sol meridional les deslumbra. Son una pareja admirable.
Recuerdo
a las que no están entre nosotros:
Lamarque
Devoniensis
Niphetos
Maréchal Niel, que
era tan amiga de los rusos.
y
a Madame Hoste que, siendo bastante cruel, aun pude vencer su coquería.
Inundan
el cenador con su aroma:
Madame Abel
Carriere
Aimée Vibert
Glorie
Lyonnaise
Cèline
Forestier
Reine Olga de
Wurtemberg
Madame Bérard
y su madre, Gloria
de Dijon, que siempre se sitúa en medio de todas ellas
Mejor
que bajo las pérgolas, todas ellas lucen en el cenador. La sombra de la pérgola
es más apropiada para el paseo y la conversación reflexiva, bien lo sabían los peripatéticos. El cenador favorece los chismes civilizados.
Todas
evitan el viento, aunque estiman el plein
air. Ninguna soporta el siroco, que produce dolor de cabeza.
Todas
emularían a la Reine Marie Henriette, aunque le reconocen un cierto aire tosco.
Aparte de las rosas, veo que en las flores te gustan los tonos lila y violeta. Aportan, además de aroma, delicadeza y no son nada pretenciosos ni estridentes. De las personas en general, algunas damas incluidas, no podemos decir lo mismo.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano, no te creas que me entusiasmen demasiado el lila o los azules, son colores fríos, se acercan mucho a los morados tétricos de Semana Santa o a la imagen corporativa del BBVA.
EliminarAbrazos
Lo del BBVA no tiene precio.
EliminarJa, ja, ja, amigo Cayetano, vamos a echar unas risas.
EliminarVaya conocedor de las rosas estás hecho. No creí que hubiera tanta variedad y tanta lujuria a la francesa entre ellas. Muy ingenioso vos.
ResponderEliminarAmigo Fackel, ya sabes que me gustan los jardines, he paseado bajo pérgolas de muchos de ellos y con esta experiencia he podido juntar algunas palabras. El jardín está poblado de rosas e ilusiones y sobre todo del deseo de dominio del aroma natural y del paisaje. Las rosas, casi todas, son un producto de un dominio,
EliminarAbrazos
Un texto exquisito...
ResponderEliminarGracias Miquel, celebro que te haya gustado
EliminarAbrazos
Y la Général Jacqueminot, ¿se fugó con un flâneur?
ResponderEliminarEs compleja, sobre un velo ténue dispuso una indumentaria de carácter y circunstancia. Recordamos su aroma.
EliminarSaludos
¡Cómo no sucumbir al aroma de las glicinas en el cenador!
ResponderEliminarEso jardines, tan bien recreados por Monet, contagian el deseo de permanecer en su intemporalidad, a resguardo de la barbarie que intuimos fuera de ellos.
Abrazos
Sucumbimos, amiga Marga, sucumbimos y luego hasta somos tan inocentes que nos atrevemos a escribir unos versos.
EliminarAbrazos
Parasoles, carpas, pérgolas...Cualquiera de estos recursos es bueno para protegerse del sol intenso. Quizás las pérgolas tienen connotaciones más poéticas...El aire acondicionado resulta muy prosaico...
ResponderEliminarSaludos
Ay, amigo Luis Antonio, tenemos que protegernos del sol, la intemperie es implacable y te lo dice un calvo que siempre me tengo que poner un sombrero o una gorra.
EliminarAbrazos
Que sutileza, y que verdad que el siroco produce dolor de cabeza y todo lo mueve...
ResponderEliminarEstas plasmaciones de tan bellos elementos; nos dejan volar la imaginación y es de lo que se trata, de crear cosas que nos deje un buen sabor de boca.Te felicito por saber darle un justo enfoque, es que a mi me parece tan complejo saber encontrar la palabra justa.
Cualquier cosa me mueve a soñar: por eso siempre estoy en el septimo cielo
Las flores siempre son bien recibidas en todo momento , me gusta mucho este sentido tan sutil que le das .
Un abrazo feliz domingo.
Gracias Bertha, las flores ayudan mucho ha encontrar la palabra justa, yo diría que son una inspiración amable.
EliminarCelebro que te haya gustado
Abrazos
Desconozco cual de ellas requiere un sustrato más rico y no olvido que con cierta periodicidad habrá que realizar trasplantes, de momento, ese cenador tan majestuoso y bello no me invita al cotilleo, prefiero pensar en cómo preparar un buen terreno.
ResponderEliminarUn abrazo Francesc, lamento mi escasa presencia por aquí.
Querida Loli, a pesar de los pinchazos, el cultivo de rosas es un arte muy agradecido requiere conocimiento muy precisos sobre abonos, injertos, regadío, etc. en cuanto al injerto, hay que decir que en el caso de la Maréchal Niel, constituye todo un arte de precisión.
EliminarYo creo que el cotilleo respetuoso es una manifestación muy clara de civilización, viene a ser algo así como la repostería selecta.
Abrazos