Lluís Sanz Torradeflot (in memoriam)
1)
La
frivolidad está en el orden del día, como siempre.
Entiendo el arte como expresión, como el discurso que explica la realidad formal, es el lenguaje de la estética en el sentido filosófico del término. Su discurso no se detiene en el argumento, sino que, a través de las formas, da razón del contenido íntimo de la realidad.
Entiendo el arte como expresión, como el discurso que explica la realidad formal, es el lenguaje de la estética en el sentido filosófico del término. Su discurso no se detiene en el argumento, sino que, a través de las formas, da razón del contenido íntimo de la realidad.
2)
Vivimos
una época de vanidad, como siempre.
El
artista, salvo honrosas excepciones, parece que esté buscando el oropel y los
medios de comunicación buscan el espectáculo y la pachanga, esto no tiene nada
que ver con la búsqueda de la belleza y la expresión formal. Objetivo
del arte y la búsqueda obstinada de la perfección.
3)
El
espectáculo de lo superfluo deslumbra, como siempre.
Más que a la originalidad, doy
especial valor a la creatividad y a la expresión. Me
importa más cómo lo dicen que lo que se dice, eso lo dejo para la ética. Creo
que la originalidad tiene poco recorrido, no veo nada original desde el tiempo
del capitel dórico. Particularmente y sólo como cosa personal me gusta aquel
lenguaje estético que se ocupa de la belleza, podría ser el caso del primer
renacimiento.
4)
Las
ideologías embrutecen el arte, como siempre.
El
lastre de las ideologías limita la creatividad artística. Sin libertad de
pensamiento no se puede crear ninguna obra de arte. Toda obra de arte afectada
por un dogma o por una consigna ideológica tiene los días contados. El arte
está por encima de la ideología.
5)
La
trascendencia está sobrevalorada, como siempre.
Empezó
a sobrevalorarse a partir del Romanticismo. Con su sensibilidad, el artista
expresa el orden formal de la realidad. La expresión del artista trasciende su
acción, pero desgraciadamente nos encontramos con demasiados "artistas"
que sobrevaloran la trascendencia de lo que hacen y creen estar por encima del
bien y del mal. La humildad es una virtud que ennoblece la creación artística. Trascendencia sí, pero la necesaria y humildad sí, pero la necesaria.
6)
Se
confunde, en general, arte y artesanía, como siempre.
El arte y la
artesanía son cosas distintas. El arte no es un oficio y la
artesanía sí que lo es. El artesano tiene destreza y oficio,
pero su buen hacer no conlleva trascendencia. Aclaro lo de oficio: relaciono el concepto de oficio
con el de seguridad de magisterio. El artesano sabe que cuando sea más mayor, cuando hayan
pasado los años, será mejor artesano. El tiempo le habrá enseñado y será mejor
a los cincuenta años que cuando tenía veinte; en cambio, el artista no tiene la
seguridad de magisterio, el paso de
los años no hará que su expresión o creatividad mejoren, el paso del tiempo no
provee de estos dones.
Pues en eso anda esta sociedad decadente: en el espectáculo, en lo superficial... Luego está el dios mercado con sus imposiciones, diciendo qué vale y qué no vale, qué hay que publicar y qué no.
ResponderEliminarSaludos.
Amigo Cayetano, parece que solo tenga importancia el efectismo, la exhibición de lucecitas de colores o las campanillas disonante, con todo esto construyen el gran espectáculo de los medios de comunicación donde la discoridia vende más que la discordia y donde las buenas maneras están mal vistas. Y todos estos que hacen negocio con el espectáculo "chusco" deciden qué es lo que hay que publicar.
EliminarSalud
Un texto esclarecedor.
ResponderEliminarMe hubiera gustado haberlo tenido a mano en Arte y Sociedad, una asignatura que se da en tercero de Pedagogía; se hubiera, con este texto, haber podido aclarar la diferencia entre "arte y artesanía" entre otras cosas.
Magnífica exposición.
Magnífica, de verdad.
Un abrazote de canibal ¡
salut
Amic Miquel, a veces las cosas vienen a destiempo. Este texto no te pudo servir entonces, pero celebro que ahora te haya gustado.
EliminarSalud
He leído estas reflexiones primero en el blog de Miquel y ahora que las vuelvo a leer aún me parecen más claras y es que en el mundo del arte como en muchos otros parece que en ocasiones prima más el amiguismo, la vanidad, el aparentar que el propio arte.
ResponderEliminarMe ha parecido preciosa la pintura que encabeza el texto.
Saludos
Amiga Conxita, estas mezquindades que tu citas, como el amiguismo y la vanidad que son tan patentes entre los "artistazos" de medio pelo, también las encontramos en otros aspectos de la vida: en las comunidades de vecinos, en las relaciones laborales entre compañeros, en la informalidad comercial, etc. y no digamos en la política o en los medios de comunicación. Nos ha tocado convivir con todo este maremagnum de "maldad insolente" y en medio, tal como dice la milonga, "tos revolcaos". Paciencicia y a sobrevivir.
EliminarLa pintura que encabeza el escrito es de mi amigo Lluís Sanz, era de Manresa, falleció. Era un gran artista que fue evolucinando desde la figuración más tradicional a la síntesis -casi abstracción- con un tratamiento del color íntimo de pinceladas fuertes y decididas. Lo admiraba.
Ya sabes que agradezco mucho tus comentarios.
Salud.
Agradezco que hables sobre éste tema. Y coincido con tu manera de verlo. La mediocridad ahoga toda estética, tanto en el arte como en la vida. La estética es una forma de mirar, de comportarse, de ser. Y la carencia de ésta nos lleva, como bien dices, a la vanidad, a la superficialidad y a la vulgaridad, en todas sus manifestaciones y en todos los ámbitos de la vida, ya sea en la comunidad de vecinos, cuando compramos tomates , cuando nos relacionamos con alguien o cuando estamos creando.
ResponderEliminarMe encanta la obra de tu amigo y el recuerdo tan hermoso que tienes de él. Gracias y un abrazo!
Amiga Tati, llevo mucho tiempo dándole vueltas a la estética como forma de vivir y sobre todo como forma de comprender el mundo. Mi acercamiento al arte viene de lejos, por mi profesión siempre ha estado presente.
EliminarCreo que la reflexión sobre la forma es imprescindible para dar sentido a nuestras acciones. Si de la realidad sustremos la forma, quedará todo reducido a un conjunto de datos, tan preciso como queramos, pero exento de sentido.
Abrazos
Completamente de acuerdo, sobre todo en el punto 4. La libertad de pensamiento, el empuje que nació con la Ilustración apenas respira, estamos atados a un modelo político que presume de libre y es una dictadura, aunque parezca una exageración, los hechos demuestran que la Cultura está muy normatizada, metida en la jaula de lo "aceptable" y politicamente correcto.
ResponderEliminarAbrazos
Ah, Marga, las ideologías embrutecen. Cuando son promovidas por charlatanes de medio pelo, nos arrastran a la infelicidad y si se entrometen en cuestiones estéticas acaban con toda reflexión artística.
EliminarAbrazos