Palazzo Medici-Riccardi
He tocado una vez más estas piedras, esta fachada noble y monumental del Palazzo Medici-Riccardi de Florencia. He sentido como propios estos sillares almohadillados de piedra serena, son tan míos como una sonata de Beethoven o un drama de Jean Racine. Estas obras son Europa, en ellas me identifico, sin ellas mi filiación e inteligencia sería otra.
Michelozzo
di Bartolomeo Michelozzi, detto anche Michelozzo (1396-1472) es un arquitecto
que admiro, que sintetizó la tradición medieval con el espíritu nuevo. Recibió
influencias de L.B. Alberti y de Filipo Brunelleschi –mi arquitecto preferido. Su obra es un claro ejemplo de la mejor arquitectura del quattrocento.
El Palazzo Medici-Riccardi de Florencia (1444-1459) hizo fortuna en
toda la arquitectura de la Toscana y de Las Marcas antes de imponerse en todos
los palacios romanos del primer Renacimiento. En este palacio combina el modelo
brunelleschiano del Palazzo Pitti
también de muros almohadillados que contrastan con los vanos delicadamente
modulados de los ajimeces. ¡Cuánto me gustan estos muros almohadillados!, ¡qué
vigor espacial tan civilizado!
Otra
gran obra de Michelozzo la encontramos también en Florencia, se trata del convento
de San Marco (1437) donde el arquitecto utiliza el orden jónico tanto
en el claustro como en la biblioteca.
Las
columnas de esta biblioteca ofrecen una larga perspectiva que parece salida de
una pintura de Fra Angelico. La cadencia de los intervalos de arcos y columnas
produce una sensación espacial de gran serenidad.
En
la Toscana construyó y modernizó las villas de Cafaggiolo, Trebbio y Careggi
todas de los Medici. En Venecia, construyó en 1433 la biblioteca de San Giorgio
Maggiore (un día contaré una anécdota que me ocurrió en esta biblioteca). Aclaro, sin embargo, que la basilica de San Giorgio Maggiore es obra de Andrea Palladio.
San Giorgio Maggiore (Venecia)
Patio interior del Palazzo Medici-Riccardi
Comprendo ese estremecimiento estético. Florencia me fascinó, tan señorial, sobria y elegante al mismo tiempo. Nada que ver con la ruidosa Roma.
ResponderEliminarSaludos, Francesc.
Amigo Cayetano, la densidad de belleza en Florencia es muy grande, se concentra una cantidad de arte tal que llega a marear, hay que tomárselo en pequeñas dosis, no nos ocurra lo que le sucedió al bueno de Stendhal.
EliminarSaludos
¡ que belleza ¡
ResponderEliminarSalut
Amic Miquel, en la arquitectura de Michelozzo encontramos un equilibrio y un dominio de las proporciones extraordinarios. Quizás las proporciones se pierden un poco en Villa Cafaggiolo, pero se lo vamos a perdonar. Ja, ja, ja.
EliminarHe querido traer este ejemplo de arquitectura no solo para repetir algo que ya está de sobras demostrado: el dominio de las proporciones y la belleza que esto significa; lo he traído como propuesta de reflexión sobre la apropiación sensible de la belleza, esta que con su existencia nos determina un lugar y un carácter comunes y que justifica todo un "corpus" histórico y cultural. Esto es Europa y con obras como las de Michelozzo, con Bach, con Dante, con Miguel Ángel, con Baudelaire... se ha formado su idiosincrasia. Añadamos si quieres el dolor, las pestes y la colonización despiadada, que también han determinado nuestro carácter, pero ahora he querido hablar de arte.
Salud.
Sí, lo cierto es que todas esas obras (y más) son un constante motivo de admiración para cualquiera de nosotros. También de aprendizaje. Las teorías del Arte ya no pueden ser lo mismo tras comprobar la perfección y belleza de estos edificios, o como tú dirías, la exactitud de la ejecución. Viendo esas fotografías de patios uno trae a su memoria los patios renacentistas tardíos de mi ciudad, que tomaron como modelo aquellos otros productos del arquitecto y artista en general inteligente pero también de la riqueza que abundaba en las clases excelsas de Florencia o Venecia. Ambas características van unidas.
ResponderEliminarGracias.
Sí, amigo Fackel, estando en tu ciudad he recordado algunos patios florentinos.
EliminarHabrá una teoría de molduras renacentistas que une los pueblos. (ah, digo renacentistas que estas son las que unen y soportan el peso de la columna)
Salud
Yo soy uno de esos visitantes de Florencia convulsivo e impaciente. Por eso no asimilé tanta belleza...
ResponderEliminarTus clases magistrales me aportan mucho y bueno. Gracias, maestro.
Un abrazo
Amigo Luis Antonio, asimilar tanta belleza de Florencia puede producir algún síndrome. Visitar esta ciudad es acercarse al núcleo de la belleza mediterránea.
EliminarCelebro que te gusten mis pobres opiniones sobre arte, piensa, querido amigo, que solo soy un simple arquitecto entusiasmado por la creación artística. El Renacimiento, especialmente el quattrocento, me interesa muchísimo.
Abrazos