Damián
tiene una carbonera en las afueras del pueblo.
Cuando
pasa por delante de casa nos saludamos y le pregunto: “¿Qué tal Damián?, ¿cómo
va la carbonera?”
Y
él me contesta: “muy bien, va quemando, va quemando”
En
todas partes hay un enigma que persiste.
Hay algo de carbonera en cierta realidad cotidiana de este país, donde todo va quemando quemando...
ResponderEliminarPor cierto no hace mucho descubrí que un antepasado del que nunca me había hablado nadie había sido carbonero en un pueblo de una región foral. Humilde y con ideas, durante los breves años republicanos fue puesto en la lista y tan pronto estalló la insurrección fue asesinado. Durante más de 70 años sus restos estuvieron tirados junto con los de otros cuantos hombres en la fosa de un complejo kárstico de una muy noble, muy leal, heroica y laureada región foral, a decir del dictador de infausta memoria y sus seguidores. Aquello fue quemando, quemando y duró, duró. En fin.
Salud y gratitud.
Amigo Fackel, hay muchos fuegos que van quemando lentamente y solo sirven para producir un carbón de muy mala calidad. Siempre he sospechado de estas carboneras, ¿y si guardaran entre sus estratos de leña y tierra alguna iniquidad que desconocemos?
EliminarAbrazos
Nosotros mismos somos un enigma.
ResponderEliminarSalut
Amic Miquel, somos un enigma que poco a poco se va quemando.
EliminarAbrazos
Quemando, quemando... Algunos que yo me sé van a acabar tostados.
ResponderEliminarUn abrazo, Francesc.
De momento, amigo Cayetano, se están calentando mucho.
Eliminarun abrazo
Y cuando el carbón se quema y reduce, a veces acaba por convertirse en un refulgente diamante. Esa es la alquimia de la naturaleza, quizás el carbonero ignora las sorpresas que deparan los largos procesos de combustión.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Amaltea, la transmutación del carbón parece que solo está al alcance de la naturaleza. Los hombres y las mujeres que habitan en este mundo se limitan a quemar unas ramas de arbolito para conseguir un carbón de mala calidad.
EliminarAbrazos
Me gustó la respuesta.
EliminarAbrazo
No viene a cuento, pero lo de quemar lo asocio con la vida que desde que nace comienza a quemarse...
ResponderEliminarSaludos cordiales
Amigo Luis Antonio, creo que sí que viene a cuento, en efecto, la vida se va quemando con el tiempo. Vivimos en combustión.
EliminarUn abrazo