Agustín Ibarrola. Cartón 9
Puedo gozar del aroma de
las flores de este jardín o del silencio que se esconde entre sépalos y
pétalos. Una belleza imaginada o un espejismo.
La belleza constituyó uno
de los ideales de redención de las vilezas del hombre. Creyeron que con estos
ideales nos libraríamos de las desgracias de la historia y el drama humano se
convertiría en un paseo por el Paraíso.
Los males que sufrimos
son drama y a la vez comedia y las desgracias son las de siempre y se regeneran
con el paso del tiempo, mientras van creciendo los olmos y los ideales se
desvanecen.
Forman parte del ciclo de la vida.
ResponderEliminarUn abrazo
Amic Miquel, ya ves, entre el drama y la comedia medramos.
EliminarUn abrazo
La belleza existe -¿es objetiva?- antes de la acción del hombre, es decir, por ejemplo, antes de realizar una obra de arte el hombre. Creo que la obra de arte no es sino un intento de proyectar y perpetuar la belleza probablemente objetiva y que el primer elemento de la especie fue simplemente la mirada, la percepción, el bienestar que el animal homo sapiens sentía dentro de sí. He dicho que la belleza existe objetivamente, pero nunca lo sabremos del todo y no estoy seguro, puesto que sin nuestra interpretación y conversión no existe tal concepto. Da igual. Lo mejor de la belleza es que es la alternativa a todo lo destructivo que hay en nosotros, en el individuo y en la colectividad. Que el discurso de la belleza, yo lo llamo estética, debe acompañar al otro discurso de regular las relaciones humanas del modo más justo y bondadoso, la ética, y en ello estamos desde hace milenios sin que hayamos resuelto la cuestión porque hay otros elementos que lo impiden: las ambiciones, los miedos, las imposiciones. Aspirar a percibir cada día la belleza es necesario, sin hacer de ello una especie de mundo ficticio que nos haga olvidar otra lucha. Precioso tu preciso texto, Francesc.
ResponderEliminarAmigo Fackel, los clásicos decían que la belleza está en el objeto, que es sustancia del mismo. Luego vinieron los románticos que aseguraban que la belleza era una categoría (¿categoría?) extrínseca pero esencial de la materia. Confiaban en las emociones, al mismo tiempo que esperaban que aquella belleza había de redimir los males del mundo, quizás el drama humano. Dicho de otra manera, siguiendo el arguimento romántico la belleza dependía de la emoción, era, pues, la redención una cuestión personal, externa del objeto y con una capacidad redentora muy limitada.
EliminarYa sabes que soy más clásico que romántico y creo que los ideales de redención han fracasado, como fracasan todos los ideales humanos. Espero que en un futuro, los cyborgs no se planteen ningún ideal y si lo hacen será un anhelo autoprogramado carente de crítica sobre la sustancia bella.
Saludos
Drama, comedia... y toda la casa llena de bufones de medio pelo.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, bufones que nos confirman que todo en este mundo es burla, como ya nos lo advertía Falstaff.
EliminarUn abrazo
Excelente!!!
EliminarGracias Andri, eres muy amable.
EliminarGENIAL
ResponderEliminarhas dicho tanto en tan pocas palabras que me
saco
el sombrero
Oh Recomenzar ¡Qué ilusión tu visita! ¡Cuánto la celebro!
EliminarIntento economizar las palabras.
Saludos
Cuándo no?
ResponderEliminarSalut
Cuándo no?
ResponderEliminarSalut
No lo sé, querida Andri. Ya sabes que no tengo respuesta para casi nada.
EliminarUn fuerte abrazo
La contemplación de la belleza actúa sobre nosotros como un efectivo euforizante, saca la parte más benéfica y casi nos reconcilia con el mundo.Aunque ya sabemos que siempre interrumpe algo feo para decapitar nuestra buena disposición.
ResponderEliminarEn cuanto al drama y la comedia de este mundo, alguien dijo que al drama hay que darle tiempo para que acabe en comedia.
No le falta razón.
Abrazos
Querida Amaltea, con tantas interrupciones es muy dificil que la belleza actúe adecuadamente, son como mucho, efectos intermientes, recortados por la fealdad que nos invede.
EliminarVamos a confiar en que acabemos en comedia de alegre final y no en tragicomedia.
Abrazos