martes, 6 de junio de 2017

Pedantería y temblor



Fresco de la Sala dei Giganti en el Palazzo Tè de Mantua, 
Giulio Romano y Rinaldo Mantovano (1528-1533)

Después de un periodo simbolista, cuando se produce un acercamiento a la razón, aflora la vanagloria. Naturalmente esto ocurre sin que medie una reflexión sobre la razón misma y sobre su objeto.

Lo vemos en el arte: un desplazamiento del centro de atención, generalmente de un símbolo a un objeto o cuerpo vivo (puede ocurrir que este cuerpo solo sea un “cuerpo enamorado”).

La pedantería va acompañada de un cierto temblor que apenas se aprecia en el rictus del pedante, pero que el arte lo pone de manifiesto, ya sea con una abundancia de brillos o con la exageración del contraste luminoso, ahí están las arquetas de metales repujados o los vitrales de los rosetones.

El temblor se hace más intenso cuando la razón se detiene ante el argumentum ad verecundiam, una forma de falacia mórbida incapaz de soportar solicitaciones naturales.

¿Qué sentido puede tener una especulación racional que mantenga como principio una entidad no mesurable?

El símbolo es ingrávido, flota como sustancia espiritual, no se puede medir ni razonar sobre él. La razón requiere mesura.

El arte simbólico atrae, presenta un misterio que muchas veces es algo exótico y otras veces provoca una atracción que a algunos los llega a zarandear. Con todo esto vamos pasando, también la realidad zarandea al más pintado que sobrevive entre temblores y gravidez.
El temblor de Basilea de 1356. Karl Jauslin (1842-1904)

10 comentarios:

  1. Me gusta cierto simbolismo que no hace aspavientos ni basa su discurso en la exageración. El simbolismo de Baudelaire me suena a exceso y a colores estridentes. Sin embargo, el de Antonio Machado lo veo más reflexivo y tranquilo, con esos caminos, esas norias y esos atardeceres que transmiten paz. Simbolismo sí, pero con bajo nivel de ruido.
    Un saludo, Francesc.

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    1. Amigo Cayetano, hay días que se me escapan los mundos simbólicos.
      ¿Qué digo?
      Casi siempre se me escapan.
      Tan bajo debe ser el nivel del ruido que haga desaparecer el símbolo
      Abrazos

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  2. El valor inmenso de los símbolos -lo saben los expertos en manipular masas- es que llega a la profundidad de nuestra mente. Atraviesa todas las prevenciones racionales para adentrarse en la emoción.

    Abrazos

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    1. Querdida Amaltea, los mundos simbólicos están poblados de actos inconfesables y de bestias corrupias que tienen los pelos como escarpias.
      Abrazos

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  3. Me quedo sorprendido cuando leo a JE Cirlot.
    Él explica cosas que yo jamás habría soñado .
    Su diccionario es de lo mejor.

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    1. Amic Miquel, el diccionario de símbolos de Cirlot es impresionante, contiene mucha información y afirmaciones que sorprenden.
      Un abrazo

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  4. Stanley Kubrick lo reflejó de manera magistral en su "2001".

    Abrazos (irremediablemente simbólicos)

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    1. Amigo Loam, "2001" es un monumento.
      Los símbolos me aturden.
      Abrazos (irremediablemente reales)

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  5. Francesc, me gustan mucho los temas de tu blog. Aprendo y me incita a conocer más. De Cirlot, conozco parte de sus poemas y escritos, pero no el diccionario de símbolos y siento curiosidad.
    A mí me gustan los símbolos sencillos.El exceso de imágenes simbólicas en el arte me resulta pesado.
    Gracias por lo que me aportas con tus textos.
    Un abrazo.

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    1. Querida Fanny celebro que te gusten mis escritos, son reflexiones que pretendo hacer desde la más absoluta humildad y sin ánimo de sentar cátedra.
      El "Diccionario de símbolos" de J.E. Cirlot es un libro imprescindible. A mi los símbolos me calientan demasiado la cabeza y me enredan el magín.
      Un abrazo

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