jueves, 17 de noviembre de 2016

Señor Dylan, los tiempos están cayendo



El reciente premio Nobel de Literatura, el cantante Bob Dylan, en su canción The times they are a changing, nos advertía de que los tiempos estaban cambiando.

Decía cosas así:
mejor que empecéis a nadar u os hundiréis como una piedra…,  

ahora el perdedor será el que gane después…,  

senadores y congresistas, por favor presten atención a la llamada. No se queden en la puerta…,

Vamos, madres y padres de toda la tierra, no critiquéis lo que no podéis entender…,

La línea está trazada, la maldición lanzada…

Y al final de cada estrofa insistía LOS TIEMPOS ESTÁN CAMBIANDO

No, señor Dylan, los tiempos no están cambiando, quizás lo más correcto hubiese sido decir LOS TIEMPOS ESTÁN CAYENDO

Esto es así, es la misma historia de siempre.

18 comentarios:

  1. Si que es la misma historia de siempre, y tanto que es así, y mira si es así que porque soy diferente me niego a ir a recoger el premio, porque soy así...pero no a cobrarlo, porque soy diferente...pero no tanto.
    Salut

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Miquel, creo que lo que haga Dylan, si va a recoger el premio o no va, es irrelevante, a mi me da lo mismo y si lo cobra o lo deja cobrar me importa un comino.
      Lo que queda claro es que con aquellas palabras esperanzadas de 1964 y diciéndonos que lo importante es el viento, con todas estas canciones urdió unas espectativas tan falsas como un duro sevillano.
      Salud

      Eliminar
  2. Ya que lo dices, si canciones como ésa y otras (Nosotros venceremos, por ejemplo) se contaban en mis tiempos universitarios cuando nos sacaban a palos de un acto cultural...Creíamos entonces que algo cambiaba -las revueltas en USA, las menores aquí pero con su proyección, etc.- pero para quienes cambiaba entonces era para los vietnamitas, les cambiaron a base de napalm y mil objetos criminales más, siempre todo "cambia" para seguir igual. ¿A quién le tocará esta vez porque ya les está tocando a otros, tipos Siria o Yemen? Lo que pase en los próximos años en TRumpolandia va a ser decisivo para la historia humana. Ya sabes, los cambios pueden ser para bien o para mal, ah y sobre todo que para que les vaya bien el cambio a unos les tiene que ir mal a otros, esto ha sido un axioma siempre, salvo que algún día las matemáticas de la naturaleza humana y de lo que esta genera en sus relaciones rompa la baraja para bien. No lo veremos. Salud y prudencia, que lo de intramuros también es gordo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Fackel, está claro que no se puede presagiar otra cosa que no sea una caída.
      Salud

      Eliminar
  3. No mi querido FRANCESC, nos guste o no reconocerlo tiene razón DYLAN, todo cambia y se transforma ... nada permanece. Va a ser que no puede caer nada infinitamente, así que lo siento muchísimo, debes resígnarte ;)

    Y si lo dices por su pasotismo con el Nobel... estaba cantado y mira, hasta me parece coherente que no lo recoja alguien que siempre se ha posicionado frente al merchandising social ... otros más grandes que él adoptaron esta misma postura ...Jean-Paul Sartre o el político vietnamita al que se lo concedieron con Kissinger que lo rechazó porque Vietnam aún no estaba en paz y no tenía sentido aceptar el premio... en fin, q meeencanta que seas risueño pero me vas a encontrar enfrente cada vez que te de un ataque de negatividad jaja si me lo permites ;)


    Feliz jueves y un abrazo de brazo caídos ...jaja noo!
    Un abrazo fuerte y sonriente como espero estés tú

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida María, a mí me importa un rábano que el premio se lo hayan dado a Dylan o a cualquier otro, no he escrito estas lineas por el premio en sí. Me refiero solamente a la frivolidad de ir por ahí anunciando mundos mejores y soltando moralinas en forma de cancioncilla.
      Abrazos

      Eliminar
    2. Personalmente nunca me ha gustado demasiado Dylan, pero hay algo indiscutible al margen de toda la polvareda que se ha montado con su Nobel , es uno de los músicos más influyentes, inspiradores y prolíficos del siglo XX, para muchos el Mark Twain de este siglo, el mejor cronista de los conflictos estadounidenses, muchos de sus temas fueron himnos de todos los movimientos civiles de la época … eso no quiere decir que personalmente pueda ser lo que sea, pero no creo q debamos menospreciarlo … telepredicadores los ha habido siempre, con tantísimos seguidores y tan influyentes durante más de 50 años .. muy pocos! Tiene su mérito.

      Otro abrazo para ti!

      Eliminar
    3. María, tal como he dicho lo del premio Nobel, no me importa nada. La obra de Dylan es lo que es: mucho marketing y una constante apelación a la ingenuidad. Musicalmente este tipo de cosa no me interesa lo más mínimo y poéticamente te diré que está bien para redactar panfletos. Creo que tiene su mérito.
      Abrazos

      Eliminar
  4. Cuando caen, en el fondo un punto queda señalado. Caer es un cambio. No soltar es una decisiôn que implica un cambio que es dufícil de ver. Cuando uno es ciego para algo cree que no moverse no implica movimiento, pero lo más imposible de todo en la vida es la ausencia del dichoso movimiento. Bendito sea, si no ocurre que podemos verlo
    nos parece que no existe.

    Me encanta tu blog, Francesc. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Andri, ¡qué alegría verte por aquí de nuevo!
      Profetas, canciones, frivolidad, todo una amalgama endulcorada y un espectáculo que nada tiene que ver con la literatura.

      Eliminar
  5. Cuando caen, en el fondo un punto queda señalado. Caer es un cambio. No soltar es una decisiôn que implica un cambio que es difícil de ver. Cuando uno es ciego para algo, cree que no moverse no implica movimiento, pero lo más imposible de todo en la vida es la ausencia del dichoso movimiento. Bendito sea, si no ocurre que podemos verlo
    nos parece que no existe.

    Me encanta tu blog, Francesc. Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Andri, en efecto caer es un cambio y ahí en el fondo queda marcado un hoyo cuya profundidad es proporcional a la cantidad de movimiento que se precipita y a la resistencia del material del fondo.
      Creo que no nos iría nada mal tener una resistencia adecuada para que el hoyo marcado sobre nuestro ánimo no fuera demasiado profundo.
      Abrazos

      Eliminar
  6. A finales de los 60 hubo muchos sueños de cambio, pero el mundo no cambió. Los que sí cambiaron -me imagino que es algo propio de la edad- fueron muchos de los soñadores de entonces.
    Un abrazo, Francesc.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Cayetano, cuanta razón tenía Tomasi di Lampedusa: "vamos a cambiarlo todo para que todo siga igual", a esto añado vamos a hacer creer que todo está cambiando para que traguen lo que nos convenga.
      Salud

      Eliminar
  7. "La gente que apenas lee suele darles una gran importancia a los premios literarios. Y los que ni siquiera leen, aún más. Eso explica la algarabía en torno a un señor, de larga trayectoria, dedicado a la canción y últimamente convertido en sionista militante, después de haber pasado por todo. Me estoy refiriendo, como es obvio, a Bob Dylan, de quien se puede decir que si las letras de sus canciones (sin música) estuvieran a la altura de su equipo de promoción mediática sería un poeta notable. Si alguien se ha tomado la molestia de leer sus versos a palo seco habrá constatado que están un poco por debajo de lo mediocre." Gregorio Morán

    http://www.sinpermiso.info/textos/el-barro-en-los-laureles

    Salud

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Amigo Loam, tal como he comentado, lo del premio no me importa nada, todo esto es un circo mediático y nada más, lo de la calidad de Dylan es algo que no merece la pena ni hablarlo y si hablamos de música aún es peor, dicho esto, en estas lineas que he puesto en el blog sólo quiero referirme a la tontez cantada para regalar los oídos de aquellos que creen que van a cambiar el mundo.
      Salud

      Eliminar
  8. La percepción de que los tiempos cambian que es una barbaridades, creo que es consustancial a todas las generaciones. Quizás porque imaginamos una realidad distinta de la que es, y nos frustra que se emborrone la nostalgia del tiempo vivido.
    Te doy la razón: los tiempos caen. No sabemos si a un insalvable agujero negro o un túnel del que saldremos perjudicados, pero con ánimo de volver a empezar.

    Abrazos mil.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida Amaltea, los tiempos caen. Racionalmente, echando una mirada sin pasión a lo que tenemos alrededor no vemos otra cosa que no sea una caída.
      Probablemente la existencia de algún ánimo optimista no es más que una manifestación del instinto de conservación. Hay profetas que cantan y muchos con intención de seguirlos, bah, como siempre.
      Abrazos

      Eliminar