domingo, 1 de mayo de 2016

Educadores de niños y pescadores de merluzas

Aún dicen que el pescado es caro (1894) Joaquín Sorolla


Existe una parte de la ética que se ocupa del bien, la agatología. 

Los partidarios de esta doctrina, optimistas todos ellos, se espantan y huyen ante cualquier adversidad o si acaso meten la cabeza debajo del ala. Defienden que todas las cosas tienden al bien y que éste se impondrá al final. Sin atolondramiento, cuando tocan de pies al suelo, aunque sea sólo un poquito, admiten que algunas cosas del proceso pueden salir mal.

Mantenerse en actitud de oposición ante un problema, asumiendo el esfuerzo que supone, resulta engorroso y parece que no hay demasiados ciudadanos dispuestos a malgastar sus fuerzas en solucionarlo. A esto debemos añadir que quien se opone, lo hace siempre a partir de una crítica y ya sabemos que en una sociedad acomodada la crítica es algo políticamente incorrecto.

No nos gustan las críticas que molestan, a todos nos agrada vivir sin problemas y de forma placentera, pues hedonistas lo queremos ser todos y a todos nos gustaría que imperara la buena educación y que los niños fueran buenos, pero alguien debe hacer el esfuerzo de educarlos. Queremos ser sibaritas y a cualquiera le gusta deleitarse con un cogote de merluza a la vizcaína pero debemos saber que alguien tiene que mojarse el culo para pescarla.

Con el optimismo por bandera, es fácil olvidarse del esfuerzo ingente que se requiere para conseguir todo aquello que nos gusta, y aún nos resulta más fácil correr un tupido velo ante los problemas que pueda tener el educador de niños o el pescador de merluza.

12 comentarios:

  1. Pero creo, la educación ha de venir de casa, y a la escuela se va para aprender.
    Por lo que, a mi entender, son los progenitores los responsables del asunto
    Salut

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    1. Yo también lo creo amigo Miquel, la educación debe "venir" de casa y del ejemplo de los padres, pero la escuela debe acompañar y no excusarse. Los padres son los responsables pero debemos decir también que los pedagogos y docentes llevan parte de responsabilidad y cobran por ello. Extiendo y digo que la educación es una cuestión de Estado y la responsabilidad es de TODOS.
      Salud

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  2. Con el Bien hemos topado.

    El Bien es una idea tiránica, y como tal agrada a los tiranos, niños o reyes. Y al tirano, le basta con esclavizar (lo cual no es tan difícil como parece) para que su moral se cumpla.
    El Bien es la excusa de la razón para erigir como universal lo que es un deseo personal. De ahí que también haya que desconfiar de la razón.
    La ética que yo predico (pero dudo que realmente practique) desecha el bien (entre otros conceptos) y busca la persona y la ironía (fundamentos más problemáticos, sin duda). Y desea ser más ética que moral:
    Una educación que no persigue solucionar problemas, sino estudiarlos.
    Ante esta persona, este texto, amigo Francesc, no dónde está su bien, sino ¿dónde está su ironía?

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    1. Amigo Abraham, coincido contigo en la indeterminación del "Bien" como concepto, indeterminación en cuanto al sentido que pueda tener: derecha-izquierda, positivo-negativo, cordura-caos, esto naturalmente ocurre porque se observa bajo la óptica de la educación que hemos recibido. Quizás no haya que hacer un juicio de valor de este sentido pues siempre toparemos con los criterios morales que tenemos interiorizados, así pues evitemos pre-juicios o valoraciones. Coincido, amigo Abraham, coincido.

      Pero, en cuanto a la razón, quiero entender que ésta debe quedar al margen de utilidades y desde luego nunca debe servir para sostener unas determinadas condiciones morales o incluso éticas. El "Bien" así, solito, usado como razón práctica es una perversión.
      Soy persona de ciencias y para mí, la razón va ligada al equilibrio de los materiales y del orden natural, cuando la razón falla, la viga se cae y todo el edificio que hemos levantado y que nos cobija se viene abajo. No comprendo, por ser ciencias, comportamientos que se sustentan en ilusiones, ni en el porvenir de esas ilusiones, ni teorías que navegan en barcas de caña por el proceloso océano de la sinrazón, donde todo es mágia, religiones, esoterismos, enagenamiento y represión intelectual.
      Me da lo mismo el bien o la moral al uso que se sostiene con dogmas o gracias a unos valores difíciles de pesar o medir.
      Puedo valorar una educación que estudie los problemas pero defenderé siempre una ética que ayude a solucionarlos. Y otra vez caigo en mi conocimiento como técnico y de formación científica: no me basta el análisis, debo ir más allá y solucionar el problema, puedo estudiar los mágenes de un río, haré un estudi geológico de las tierras de las orilla y lo analizaré todo muy bien, pero después construiré el puente; no me basta el análisis y el proyecto si después no lo he de construir.
      En la literatura y en el lenguaje, igual que en el arte y el proceder técnico, la ironía es una de las más altas expresiones de la inteligencia, utilizaremos la ironía y el sentido del humor como formas de análisis, pero también como formas de expresión y siempre, siempre la ironía como creación.
      Un abrazo

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  3. Así es. La moda imperante hoy entre padres novicios es no educar, no fijar límites, ser incapaces de decir que no a sus hijos, a quienes se les trata muchas veces como colegas. Y no, los padres no son colegas de sus hijos. Su responsabilidad se lo debería impedir. Porque luego, todo se paga y con creces.
    Un saludo.

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    1. Amigo Cayetano, impera el "bonismo" incluso te diría que lo que impera es el "bobismo". Los padres son mucho más que colegas, son padres. Creo, tal como le he dicho a Miquel que la educación es una cuestión de Estado y la responsabilidad es de TODOS.
      Saludos

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  4. A todos los mayores que conviven con los niños y jóvenes, querámoslo o no, corresponde la tarea de educar. Ellos podrán aceptar o rechazar, pero estamos obligados - padres, maestros, adultos - a enseñarles a convivir desde una perspectiva ética en la colaboración, en el respeto, en el amor...Lamentablemente, los no educados, sean padres o no, poco pueden transmitir...
    El Estado también tiene obligaciones educativas, pero no parece estar por la labor ni el consenso en materia educativa.

    Un abrazo, Francesc

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    1. Amigo Luis Antonio, en efecto la tarea de educar es de todos. Es una cuestión capital, sin educación todo funciona mal, se consigue un pueblo de torpes y patanes, fáciles de domesticar e incapaces de llevar a cabo cualquier trabajo. No quiero pensar que me pasaría si cuando, desvalido, me lleven en camilla por los pasillos del hospital y el camillero sea un patán mal educado y choque contra las paredes o contra otra camilla.
      Salud

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  5. Qué difícil encontrar el equilibrio. Una educación que estimule el esfuerzo y el goce del aprendizaje requiere maestros competentes que no se conformen con seguir el plan de estudios; y también padres conscientes de la importancia de la educación, que es cosa del entorno familiar y social. De la instrucción es responsable la escuela, también de fomentar valores de cooperación. La realidad es que hoy la fuerza en la gente joven la tiene las redes sociales. Y ya sabemos qué clase de visión estúpida ofrece de la realidad.

    Abrazos

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    1. Querida Amaltea, estimular el esfuerzo, hacer entender el valor del conocimiento, fomentar el estudio y el ejercicio de la libertad, de la independencia intelectual, del respeto a lo social, todo esto es responsabilidad de padres y maestros, una gran responsabilidad que debe ser compartida por todos los estamentos sociales y el Estado debe poner los medios para que así sea.
      Internet y las redes sociales, con su potencia global, podrían jugar un papel positivo, pero mucho me temo que no irá por aquí la "cosa" desconfío, tengo pocas esperanzas.
      Abrazos

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  6. Pienso que a veces confundimos los conceptos, porque una cosa es el optimismo ( irreal y utópico) eso de Dios proveerá y tirarse a la bartola y otra el realismo positivo, enfocar en lo positivo que hay en todo, sin eludir lo negativo. En educción se llama refuerzo positivo. Se puede enseñar como antaño, con aquello de que la letra con sangre entra o alentar el esfuerzo y ensalzar la parte correcta de la labor, sin dejar de señalar los errores a corregir o lo que sea que falte por alcanzar. Con la critica ocurre igual, si alguien es medio inteligente agradecerá siempre la crítica constructiva, la que señale errores o problemas y aporte soluciones, eso siempre enriquece y ayuda a mejorar, otra cosa es la crítica devastadora por norma y sin ánimo de ayudar, solo dañar.

    Un abrazo y un placer FRANCESC ( no me había dado cuenta que te llamas como mi padre :-)

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    1. En efecto María, la educación es inconcebible sin un esfuerzo positivo. Es esfuerzo por parte de los educadores y de los educados y por extensión a toda la sociedad. Señalar errores y facilitar las formas de corregirlos, lo primero corresponde a la crítica y lo segundo a los maestros. El buen pedagogo es quien realiza las dos funciones.
      Agradezco mucho tu opinión.
      Salud

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