Los pensadores
paleocristianos rechazan toda idea de belleza que se aparte de lo espiritual.
Para ellos la mano del artista sólo debe obedecer a la transmisión del mensaje
que viene del más allá.
Para los pensadores de la
Alta Edad Media, la práctica artística tiene como objeto la transmisión del
dogma. Son declaradamente fundamentalistas y en el mejor de los casos, relativizan
la belleza y la subordinan a la moral.
Traslucen la concepción
semítica de Salomón: fallax gratia et
vana est pulchritudo (falsos son los encantos y vana es la belleza)
La estética medieval se
sustentó en la filosofía neoplatónica del primer cristianismo. He aquí alguna
de las afirmaciones de aquellos pensadores:
Orígenes: La
búsqueda de Dios es un camino estético
Tertuliano: La
naturaleza es obra de Dios y la cultura es creación del Diablo
Tertuliano: El
arte es una expresión del mal
Pseudo Dionisio: La
belleza está en los atributos metafísicos de la trascendencia, la belleza está
fuera del objeto
Pseudo Dionisio: El
único y exclusivo objeto del arte es acercarse a la belleza perfecta, a Dios.
Me siguen gustando las miniaturas medievales.
ResponderEliminarSalut
Miquel aquellos monjes que iluminaban los códices eran unos buenos artesanos que carecían de voluntad de arte (Kunstwollen). Su trabajo solo tenía la finalidad didáctica de transmisión del dogma o de asustar con las penas de una condena eterna. Esto no es arte, aunque para muchos puede ser gozoso como la contemplación de un encaje de bolillos o el olor de una torrija.
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No me pierdo nada de este blog, Sr. Francesc.
ResponderEliminarMe encantó la pintura. Fabulosa.
Salut
Andri Alba
Un saludo amiga Andri, celebro la visita.
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Arte monástico, aristocrático y didáctico. Muy esdrújulo por lo que se ve.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, continuo con las esdrujulas, arte de púlpito, arte tétrico, arte dogmático, arte lúgubre, arte paupérrimo...
EliminarSalud
Tal vez esa perdida de belleza tenga algo que ver con esa base judía, donde se descansa el cristianismo.
ResponderEliminarMe refiero a la prohibición judía, de de todo aquello que no sea la grafía para llegar a Dios.
Saludos.
No lo sé, amic Dapazzi, pero a mí siempre me causa muy mala espina la intromisión de las ideas religiosas en el arte, las prohibiciones ya sean religiosas o ideológicas son el enemigo número uno de la creatividad artística.
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No puedo remediar que al leer "tertuliano" mi mente recuerde ese girigay del "y tú más" que no respeta el diálogo, la cultura, el arte...
ResponderEliminarQuerida Isabel, no sé si estos charlatanes que cobran de los medios por decir cualquier majadería conocen a Quinto Septimio Florente Tertuliano, aquel pensador intolerante que aborrecía la creación artística y que inspiró, entre otros sabios de la patrística, todo el pensamiento estético del medievo, aquel arte plano y dogmático que carecía de voluntad de arte.
ResponderEliminarUn abrazo