Extracción
de la piedra de la locura. Hieronymus
Bosch. El Bosco entre 1475 y 1480
El primer Renacimiento es higiénico,
contempla la naturaleza y produce un efecto depurativo.
Rafael es frío, muy helado.
Su obra es febrífuga y mesurada.
Miguel Ángel es arrebatador, es
de músculo tenso. En su obra encontramos la tensión sudorosa del esfuerzo.
Los Incamminati de la escuela de Bolonia parece que hayan mojado sus
pinceles en sustancias emolientes, su pintura es ostentosamente mórbida. Sus
figuras parecen sufrir trastornos gástricos.
El Greco es astringente y restriñido.
En Creta le hacían pintar iconos que le obligaban a adelgazar las figuras para
que cupieran en la pequeña superficie de las miniaturas. Es un pintor gris
verdoso, desleído y mortecino. En su obra se unen astenia y contrarreforma.
Goya es hepático. Sus
calenturas son inmoderadas y su humor tiende al silencio.
La arquitectura de Borromini
es carminativa y no digo más.
La arquitectura de Bernini es
sardónica y tampoco digo más.
Los futuristas italianos se
asustan con facilidad y les entran sudores fríos. Su obra presenta una dermis amarillenta.
J. W. Godward es puritano y
decadente y tiene una predisposición al
hipertiroidismo superior a los prerrafaelitas cuya glándula tiroides les
produce un efecto contrario. Se pierden en el detalle y son melancólicos. J.W.
Godward era incapaz de permanecer con otro gallo en el mismo gallinero, por esto
se suicidó.
La época rosa de Picasso es
antirraquítica y la época azul es antiespasmódica.
Joan Miró es serio, tenaz y
riguroso y su obra posee un ánimo natural e ilusionado. Suda poco.
Caravaggio es oscuro,
hiperglucémico y sucio. Quizás su genialidad radica en su capacidad para
esconder erisipelas.
Piet Mondrian es apático y contenido.
Su pintura es linfática, con propensión a la astenia.
La fuerza de Tiziano reside
en su capacidad para disipar las melancolías y los estados depresivos. Su
pintura es un activante circulatorio. A veces, sin embargo su exceso de
expresión vital puede conducirnos a la fatiga.
La arquitectura de Mies van
der Rohe es aséptica, desintoxicante y desinflamatoria. Actúa de bactericida.
Un vademécum de males asociados a artistas. Habría que desarrollarlo para que quienes padezcan de migraña, por ejemplo, acudan raudos a contemplar Miró. Además, los de Barcelona lo tenemos muy cerca.
ResponderEliminarImagínate el gasto sanitario que se ahorraría el Estado a la par del aumento del gusto por la observación y disfrute de obras artísticas.
(Y para los ataques de nervios y dispersión mental, una dosis de Mondrián)
Un abrazo
Querida Amaltea, se debería añadir un anexo artístico al vademecum de los galenos.
EliminarSalud
Maravilloso, Francesc, curativo y estimulante tu texto.
ResponderEliminarAmiga Frías celebro que el texto pueda ser curativo y estimulante, de hecho celebro que te haya gustado.
EliminarSalud
Te falta algo de D. G. Rossetti; algo del Bosco, al que pones pero no lo mientas; algún esbozo de la escuela de Olot (todos parten y pintan el mismo paisaje) y deberías hablar de Picasso...Venga ..ánimo
ResponderEliminarAmic Miquel, faltan muchos. Sería una tarea ingente completar el catálogo. Además deberemos tener en cuenta, también, los efectos secundarios que las obras de arte puedan producir. Considerar que unas obras pueden tener un efecto positivo para unas naturalezas humanas y contrario para otras, no creo que Watteau produzca el mismo efecto a una votante de un partido conservador que a un hapster gafapasta, ni que Scamozzi estimule a un esquimal de la misma manera que lo hace a un chipriota.
EliminarUn abrazo
Y la pintura onírica de Dalí tiene propiedades diuréticas mientras que la de Juan Gris es astringente.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Amigo Cayetano, sí, sí, absolutamente sí. Coincido.
EliminarSalud
Totalmente de acuerdo una crítica muy acorde con los estados de ánimo que pueden transmitir .Aunque cada cual con la misma obra experimenta una sensación distinta.-Miró con su escasez de contenido en sus primeros lienzos que impera mas el blanco,(pero es muy entrañable ).-En cuanto a Caravaggio:comparto tu punto de vista, (muy oscuro y poco comprometido con el mensaje).
ResponderEliminar-Para gusto los colores y, nunca llueve a gusto de todos.-En eso no hay vuelta de hoja; pero si, cuando se observa una pintura se tiene que ser crítico y no dejarse influenciar por la movida o los comentarios de muchos críticos de Arte que solo van a arrimar la sardina a su ascua.-Hay demasiados intereses creados.
Un abrazo feliz fin de semana.
Querida Bertha, en efecto una misma obra puede producir distintas sensaciones estéticas, dependiendo de la naturaleza del receptor. Del mismo modo que hablo de las propiedades fisiológicas de los autores, podríamos hablar de los estados fisiológicos de los espectadores. En todo caso me gusta referirme más a los estados fisiológicos que a los espirituales, de éstos sé muy poco.
EliminarUn abrazo
Amigo Francesc, una descripción totalmente acertada, has hecho tantos diagnósticos médicos como especialidades, algunos con ictericia y otros con dolor del trigémino, hace falta agua de azahar, un psiquiatra, un internista y hasta un logopeda. ¿Y qué dices de Santiago Rusiñol?, me gusta mucho su obra pero la encuentro pálida, para mi gusto, todo cambiaría con la alegría de los colores más vivos e intensos.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga Loli. Me gusta mucho la obra de Rusiñol, más aún su literatura, en cuanto a la pintura creo que es linfática con necesidad de recuperación, un personaje nocturno que aplaudía las salidas de sol.
EliminarSalud
Magnífica síntesis, arriesgada pero intuitiva. Tus lectores queremos más.
ResponderEliminarAmigo Fackel, la historia del arte y la fisiología dan para mucho. Creo que la obra de arte está condicionada por la fisiología del artista.
EliminarSalud
Añado:
ResponderEliminar1) Con alguna afección en el quinto par craneal, en el nervio trigémino, los artistas del paleocristiano compusieron mosaicos y pintaron algún fresco.
2) Con la mente extraplana y con el vientre extraplano se pintaron las bóvedas y los retablos románicos
Francesc Cornadó