Las "patatas a la importancia" es un plato muy popular y económico. Es una preparación culinaria sencilla que se cocina en dos etapas: la primera es una fritura y la segunda un guiso.
Las patatas cortadas a rodajas se rebozan primero y luego se cuecen en un caldo, añadiendo un majadito de ajo, perejil, sal y azafrán. Opcionalmente se puede agregar un poco de vino blanco. Se sirve en cazuela de barro, caliente y recién elaborado.
Como aditamento hay quien añade chorizo o almejas. (Error fatal cuando alguien las gratina con queso manchego).
Nos encontramos, pues, con una elaboración preparada en dos fases y, además, con alguna añadidura.
Viene a ser algo así como un acto de creación literaria.
En literatura también hay que contar con una primera fase: la concepción de la idea, y una segunda fase, consistente en la expresión literaria de esta idea. Luego el autor añade el aditamento que quiera. Opino que cuanto más aditamento más enmascarada queda la idea y la expresión. Si además se gratina la escritura con algún elemento pestilente, el resultado puede llegar a ser una pasta ilegible.
Lo peor de estas elaboraciones, tanto de las patatas como de las literaturas, son los añadidos de magnificencia o de gran condición. Son patatas y es literatura y cuando las encontramos calificadas con aspiraciones tales como “a la importancia” empezamos a sospechar.
Añadir al guiso el calificativo de “a la importancia” no es más que ganas de aparentar. Y esto acontece también en muchas literaturas, y sobre todo con muchos literatos que se ven en la necesidad de comportarse de formas raras y artificiosas para dar una apariencia esencial, destacada, influyente o soberbia. Son autores engreídos. Son autores “a la importancia”.
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Coincido contigo en el asombro. Siempre me chocó ese añadido de "a la importancia" a uno de los frutos de la tierra más humildes y sencillos pero más nutritivos. Pero ¿no es maravilloso ese término que es exaltación y eleva en nuestra mente el sabor de por sí ya magnífico del plato? En cuanto a la literatura...también depende de la materia prima el resultado final...porque hay mucha apariencia en el empeño por el aditamento y poca calidad con denominación de origen tierra tierra (literaria)
ResponderEliminarAmigo Fackel, perfiero los añadidos que van a la baja, siempre producen sorpresas más satisfactorias, imagínate que dijéramos "patatas a lo humilde" o "patatas a la sencilla" y nos encontráramos con una exquisitez, sería una sorpresa agradabilísima, chocante y cargada de humor que es la más alta exltación de la inteligencia.
EliminarDicho esto, coincido contigo, lo fastidioso son las apariencias ostentosas y los "autores a la importancia"
Salud
Un buen plato: poemas con patatas.
ResponderEliminarAmic Albert y un buen libro: poemas a la importancia.
EliminarSalud
Los calificativos hay que dejárselos a los lectores. El escritor, a escribir que es su oficio. En todo caso, la humildad es buena compañera.
ResponderEliminarHay una variable fría de ese plato, que es añadirle al majado una hoja de laurel, unos granos de pimienta quebrados en el mortero, un chorrito breve de vinagre y algo de agua. Y nos encontramos con unas patatas en escabeche que, guardadas convenientemente un par de días en una ollita de barro y en el frigorífico, pueden constituir también un plato delicioso. De menor "importancia", pero también muy ricas; porque algunos guisos, así como algunos escritos, requieren reposo, frío y distancia antes de volver a ellos.
Un saludo.
Amigo Cayetano, en efecto esto es lo que corresponde: el autor a escribir y el lector a calificar o a criticar. Pero ya sabes, en todo esto entra el juego de las vanidades y entonces muchos de los que escriben se convierten en "autores a la importancia" y muchos de los lectores se convierten en "intelectualitos pedantes".
EliminarTendremos que probar las patatas en escabeche.
Buen provecho
Estimado Francesc:
ResponderEliminarDesde que comparto contigo EERR (joder que bien queda visto a la americana¡¡¡), he aprendido mucho..mucho.
He tenido hasta la fecha, la fortuna de conocer personas que antes de ser escritores son eso, personas. De todos he aprendido algo. Pasión, ternura, creatividad, narrativa, ritmo, humildad...
Se que hay Patatas a la Importancia, y no pocas subvencionadas, circunstancia que podría ser, les diera esa pátina de la que carecen como escritores/as.
Ahh, y también hay Patatas a la Importancia con toques a la Tertuliana, que es otra variante de un mismo plato con iguales ingredientes pero con toques tecnológicos.
Salut
Amic Miquel, en Escritores Recónditos nos hemos encontrado con unas personas excelentes, en general. Hemos aprendido, ciertamente, somos unos afortunados. Nuestros amigos escritores recónditos, quizás por esta condición, no caen en la trampa de la pompa y la circunstancia, aunque alguno aspire a ello, en general se encuentran alejados de los guisos del engreimiento.
EliminarSalud
Esenciales en Extremadura. Y sí, estoy contigo, mejor evitar mezclas extrañas. También en la cocina. Abrazos grandes.
ResponderEliminarAmiga Guadalupe, las patatas a la importancia es un plato muy popular en toda la geografía española, sin embargo, por estas nuestras tierras periféricas no se prodiga demasido.
EliminarLo de la litaratura creo que se repite en todas partes.
Una abrazo