El Ángel de la Resurrección
Giulio Monteverde (1837-1917)
El Ángel de la
Resurrección, llamado también el Ángel
de la Muerte pues se encuentra en una de las tumbas monumentales de la
familia Oneto, en el cementerio de Staglieno de Génova.
La
decisión de Monteverde de dotar la figura del Ángel de la Muerte con una
ambigüedad tan solemne me parece magistral.
Giulio
Monteverde demuestra que la muerte y el ángel son entidades extra-físicas. El
ángel es un artificio y la muerte es algo que escapa a nuestra comprensión
profunda, el ángel de la muerte no puede ser sino ambiguo.
El arte
de Giulio Monteverde parece fundamentarse en la disolución y en la levedad de
un barroco tardío que ya quedó muy lejos. El espacio se va desvaneciendo tras
las alas del ángel y, como el halo del Ángel de la Muerte, la ambigüedad del
sexo no es más que una levedad.
Por otra
parte, aunque el Perseo de Cellini levantara la cabeza de la Medusa, el mármol
de Monteverde nos recuerda que la 'terribiltà' del Buonarroti presidió la
actitud del hombre del Renacimiento, cuyo sueño era el hombre total, pero el
paso del tiempo, la barbarie y el dolor desvanecieron aquellos sueños.
Ambigüedad porque la muerte no distingue los sexos. En cien años, todos calvos. Y el ángel parece esperar el discurrir del tiempo. Él no tiene ninguna prisa.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, el tiempo pasa inexorable, podemos parecibirlo más rápido o más lento pero nunca se detiene.
EliminarSalud
Además, recuerda lo que decía Rilke: "todo ángel es terrible". Como para fiarse de alguno.
Eliminar¿ pasa igual para todos ?
ResponderEliminar¿ es el mismo tiempo el de víctima que el de verdugo ?
a mi, por ejemplo, a medida que voy cumpliendo años, me da la sensación de que pasa más deprisa.
Salut
"Infinita est velocitas temporis, quae magis apparet respicientibus", amigo Miquel, (la velocidad del tiempo es infinita y más lo percibimos cuando miramos atrás), nos lo dijo Séneca en sus epístolas.
EliminarSalud
Impresionante cementerio,. lo conozco pues lo he visitado en numerosas ocasiones, sobretodo cuando era estudiante en restauración de piedra, sobre el fenómeno de las costras negras.
EliminarEn el cementerio de Cristóbal Colon en La Habana también hay una replica de esta escultura.
El carrara expuesto a otras temperaturas sufre muchísimo con lo de la lluvia ácida.
Ya ni te cuento en la habana, donde la burguesía compraba los contrapesos (carrara) de los barcos para edificar sus panteones.
Un placer pasar por aquí.
salute.
Amic Dapazzi, realmente se trata de una escultura impresionante, muy bella. Agradezco mucho tu comentario y tu información.
EliminarSAlud
Un ángel con tal expresión, inquisitiva mirada que interroga a quien se atreve a mirarle a los ojos, provoca un diálogo secreto con él, y ya sabemos sobre qué.
ResponderEliminarQuerida Amaltea, ya nos lo advirtió Rilke, todo ángel es terrible. Su mirada nos puede petrificar, parece que sea la Gorgona.
EliminarUn abrazo
Es una escultura bellísima, sobre todo: esa sensación de sosiego.Aunque no fue muy valorado.Particularmente me gusta como captaba las expresiones.
ResponderEliminarLa parca en eso es justa ;porqué no hace excepciones cuando corta el hilo no tiene preferencias...
Un abrazo.
Amiga Bertha, una ambivalencia de sensaciones: sosiego como tú afirmas y al mismo tiempo un "vete pasando cuentas, que aquí te estoy esperando". Inquietante.
EliminarSalud
BELLEZA
ResponderEliminarLa mirada impasible del ángel es precisamente porque es atemporal, su certeza nos recuerda, a su vez, nuestra naturaleza eterna, todo ángel es el inequívoco testimonio de nuestra inminente resurrección, la muerte no existe pues, no somos cuerpos.
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