Orla brava. Tapiz (fragmento). Josep Royo
Las cosas no son como son. Son un poco más pequeñas.
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E incluso diminutas (diría yo).
ResponderEliminarSalud!
Nanocosas, amigo Loam, nanocosas.
EliminarSalud
Es posible que todo sea más pequeño de lo que nos imaginamos. Incluso la muerte. Se debería tener presente que nuestra vida es corta, muy corta, y que por lo tanto los problemas, por muy grande que sean son pequeños, ínfimos, porque acaso de durar, durarán tanto como nuestra existencia, o sea poco.
ResponderEliminarSalut
Amigo Miquel, las cosas pequeñas tanto como el hombre. En cuanto a la brevedad de la vida te diré que la celebro, pues como todo va a peor, nos tocaría haber de soportar los resultados de tantas tropelías que se cometen en nuestro tiempo.
EliminarSalud
Sr Cornadó, me quedo con la paradoja. La imagen del detalle es mayor que la imagen del tapiz entero.
ResponderEliminarJ. Aubert
Amigo Aubert, usted es un buen observador. La realidad entera es más pequeña que uno de sus fragmentos.
EliminarSalud
Dimensión de lo problemas...-Creo que tendemos a deformar demasiado la realidad con cosas banales y la simple realidad o sea vivir el día a día no es tan compleja. : mejor dicho; no hace falta tantas vanidades para tener calidad es, cuestión de saber estirar por donde nos convenga más.
ResponderEliminarUn abrazo
Sí, Bertha, coincido. Esta maldita tendencia a magnificar lo que es muy poquita cosa o simplemente no es nada.Todo es mucho más fácil cuando desechamos lo que estorba.
EliminarSalud.
Cierto, todo es siempre más ínfimo y común de lo que nuestra imaginación concede. Constatar esa certeza no disminuye en nada nuestra inclinación a magnificar aquello que deseamos. Debe ser parte de nuestro ADN humano, algo así como una ventaja evolutiva para superar las desilusiones y seguir soñando.
ResponderEliminarUn abrazo
Querida Amaltea, somos capaces de construir mil artimañas para satisfacer nuestras ilusiones. Tal como comentas, probablemente esto forma parte de nuestra sustancia. Así vamos, "e la nave va", navegando por un mar pequeñito aunque nos pueda parecer un océano inmenso.
EliminarUn abrazo
A veces en lo pequeño encontramos toda la grandeza del mundo y del arte.
ResponderEliminarUn saludo, Francesc.
Sí, amigo Cayetano, pero ocurre demasiadas veces que tendemos a magnificar.
EliminarSalud
Creo que relativizar es uno de los ejercicios más complejos que le puedes pedir al ser humano. Sólo se aprende con el tiempo y la mucha práctica. Entre otras cosas porque exige, y esto sí que es difícil, que uno deje de considerarse el centro y medida de todo el universo. Probablemente la capacidad de relativizar sea uno de los mayores signos de madurez. Abrazos.
ResponderEliminarQuerida Salomé, coincido, creo que relativizar requiere un esfuerzo. Este esfuerzo, sin embargo, produce sus beneficios, creo que relativizando encontramos un valor más preciso de la realidad y de su pequeñez. Relativizando y aplicando una cierta ironía creo que se pueden alcanzar unas altas cotas de percepción, y por qué no, un cierto grado de felicidad pasajera.
EliminarUn abrazo