Giulio Romano
Caída de los gigantes (1525-1534) Palazzo Tè. Mantua
Caída de los gigantes (1525-1534) Palazzo Tè. Mantua
A finales del iluminismo algún historiador de
arte definió el trompe l’œil como un engaño tolerado. Vendría a ser algo
así como una mentira piadosa.
Después de aquellos iluministas, con la postmodernidad a
cuestas, se ha dicho que el trampantojo es la anti-pintura.
Bajo la óptica de la teoría actual del arte, no exenta del
moralismo que caracteriza a los teóricos calvinistas que tanto se prodigan, la
falta de verdad es un virus maligno que atenta contra toda concepción artística.
No cabe el embuste ni siquiera para sortear la mirada terrible de la belleza.
Para la crítica artística postmoderna el trampantojo -trompe
l’œil- es una alucinación realista, es un estado artificioso de la mente.
No defiendo el engaño pero me pregunto,
¿acaso no es el arte,
algo artificioso?
No defiendo la mentira pero me pregunto,
¿podemos eludir la
mirada de la Gorgona sin recurrir a la estratagema?
Creo que el trompe d’œil es un elemento retórico que
acompaña a la expresión artística.
La difusión de una luz oblicua sobre los objetos, la ausencia
de horizonte, los fondos verticales o inexistentes y el abandono de profundidad
espacial que caracterizan al trampantojo, son protocolos formales que refuerzan
la expresión del artista y contribuyen a la búsqueda de la belleza.
Nunca lo había pensado de esa forma.
ResponderEliminarEs posible que haya algo de cierto en lo que dices.
Me lo remplantearé
Salut
Amigo Miquel, lo más probable es que lo que digo no sea más que un trompe l’œil de una verdad a medias o de un efecto artificioso de la percepción. Yo también me lo replantearé.
EliminarSalud
Buena pregunta:¿no es acaso el Arte una mentira...?.-Aparte de ser una habilidad con más o menos talento, porque lo que ha deslumbrado en una época hoy sería un exceso de...Estoy contigo, siempre hay que estar buscando la belleza porque a veces las veladuras no dejan apreciarla en toda su dimensión.Pero si que ayudan a sentirse mejor, a veces.
ResponderEliminarUn abrazo y desearte unas Felices Fiestas!
Querida Bertha, el arte es artificio. Una estratagema bendita.
EliminarQue pases unas felices navidades.
Un abrazo
Mejor un trampantojo que contemplar la desolación del desierto. Cuántos edificos en restauración o demolición nos hemos evitado ver en las grandes ciudades, gracias a esas imágenes tramposas que ocultan a los viandantes los pormenores de casas destripadas llenas de cascotes, pilares y tablones.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, naturalmente, siempre es mejor la expresión que la desolación. Detrás de muchas fachadas engañosas no hay más que el fruto de un engaño, ¿cual es peor, el engaño del trompe l’œil o el engaño que se esconde tras de él, aquel que se halla detrás de las fachadas?
EliminarUn abrazo
...como dicen mís alumnos que son unos impertinentes: "el arte es...morirse de frío" jajaja.
ResponderEliminarUn saludo.
Ja, ja, ja, deben ser impertinentes además de ingeniosos jugando con la ortografía.
EliminarSalud
Alterar la percepción de nuestros sentidos, quizás como defienden algunos, es una vía hacia el conocimiento. Otra manera de "ver" la realidad física. El arte es un trompe d'oeil, pero no como un engaño, sino como un despliegue de significados y señales que amplifican lo que vemos y nos trasforma, quizás por un instante o para siempre.
ResponderEliminarAbrazo
Sí, querida Amaltea, ampliar el punto de vista y facilitar el conocimiento y la expresión.
EliminarUn abrazo
Querido Francesc: Estoy contigo en que el arte es artificio, siempre que entendamos el artificio como código de un lenguaje que-lo siento, Berta,-en mi opinión sólo si es veraz es auténtico arte.
ResponderEliminarVoy a caer en el tópico de citar los versos de Pessoa sobre el poeta, porque a mi entender son definitivos:
"El poeta es un fingidor/ y finge tan completamente/ que llega a fingir que es dolor/ el dolor que de veras siente"
Creo que en el arte el espíritu que lo anima permanece en el tiempo y es capaz de atravesar milenios manteniendo su frescura, porque el verdadero artista, como diría Don Pío, "deja trozos del alma por los sitios por donde pasa, aunque sienta un gran dolor por dejarlos allá lejos". Los artefactos fruto de la inteligencia y la astucia pero no de la veracidad artística-el "toque", o "la musa" o como quiera llamársele-se desmoronan en cuanto pasan de moda.
Y en esto creo que puede incluirse el arte mayor y el menor, desde Shakespeare o Praxíteles hasta ese poeta de la Antología que cita Borges:
"De ti sólo sabemos, oscuro amigo, que oíste al ruiseñor una tarde".
Y con eso basta.
Con el arte manierista, amanerado, artificioso, sucede exactamente lo mismo: está el sujeto que ha buscado la perfección con la "larga paciencia"baudeleriana y el que "si cuela, cuela".
Respecto al trampantojo te diré, Francesc, que a mí particularmente me fascina. No creo que sea un embuste, salvo si es de baja calidad o directamente una castaña pilonga.
Me preguntaba qué sería el equivalente a un trampantojo en literatura y he recordado una novela de Benet, "El aire de un crimen". Cuando se llega al final de la novela, te das cuenta de que toda ella estaba sucediendo en un tiempo diferente al percibido por el lector a lo largo de ella. Y esa artimaña es su mayor logro.
Disculpa que cite a Benet, sin hacer caso de esa sabia frase latina que seguro que cito como latinajo "De nobis ipse silemus". Sin embargo, no se me ocurre otro ejemplo más claro.
Saludos
Querida Blanca, los versos de Pessoa son esclarecedores. Agradezco mucho tu texto. Coincido plenamente. Un abrazo.
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