Quemó la hoguera y por el
cielo
se esparcieron pavesas de
intolerancia.
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Qué fácil aventar la intolerancia, recoger las cenizas de la quema es una tarea casi mposible y, en todo caso, nos intoxica a todos.
ResponderEliminarAbrazos
Querida Amaltea. Nunca conseguimos recoger las cenizas. Las piras de libros son recurrentes, una tras otra. Las losetas de arcilla fueron pisoteadas, antes y ahora; los papiros y las pieles de vaca de los pergaminos donde se transcribió el Avesta. Los anaqueles de los recintos sagrados fueron saqueados o arruinados por las llamas, también la Gran Biblioteca y el Museion.
EliminarPavesas del olvido, inventarios de fuego. La biblioteca del Califa destruida entonces y que hoy sólo guardaría un único libro. Los códices pisoteados y las transcripciones escritas por la intolerancia fueron iluminadas por los reflejos de un púlpito demasiado dorado.
La pira ante el palazzo, el dedo amenazante de Savonarola: 'il bruciamento delle vanità'. El sacco di Roma, el donoso escrutino, la sinrazón apagando el faro de la razón, la pira de la encyplopedie, la ilustración entre las brasas, la quema en Berlín, los Torá de las Sinagogas, fuego y ceniza, el KGB, la rapiña en Irak. Un desastre.
Salud