viernes, 16 de mayo de 2014

Entre escollos

El terral sopla suave y poco a poco
me acerco al estrecho temido,
y recelo de los antiguos naufragios.
Con luz de plata salvaje
mi nave surca, entre Escila y Caribdis,
las olas embravecidas.


No dejaré que los bellos cantos,
ímprobos, de las hijas de Aquiloo
me distraigan, ni que sus canciones
melindrosas desvíen mi rumbo.
Con sogas de cáñamo ataré la voluntad,
con nudos más fuertes que el dolor que recelo.


La nave avanza por las crestas líquidas del mal
y el ruido del mar no apaga
la desconfianza del canto.
Me deslumbra la mirada del cielo
con sus manchas de sol sobre las velas,
tendidas banderas de fulgor.


Cierro los ojos y, en la oscuridad anaranjada
destellan las imágenes
de la fértil Arcadia,
bosques de robles y arboledas frondosas
van siguiendo el curso del río Alfeo
y se reflejan en la confluencia de los arroyos.


No dejaré que otros cantos nuevos
perturben mi silencio
y regresaré a un océano callado,
lejos del rompiente de granito.


Evito el canto y sorteo los escollos.
El viaje, amigo mío, continúa.

8 comentarios:

  1. ...ese presente progresivo
    avanzando !!! qué maravilla, Francesc.
    hasta una dorada y perezosa ingle de playa, allá Egeos, parece lugar idóneo para el descanso.
    ¿o se dejará sentir nítida la voz de Circe que oyera Ulises?
    El viaje lo revelará

    abrazo

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    1. Querida Pilar, lo que importa es el viaje. Vamos encontrando escollos y tempestades que hay que ir sorteando. Poco a poco vamos aparendiendo a manejar el velamen.
      Salud

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  2. Respuestas
    1. Miquel, me hace ilusión que te haya gustado, es un poema raro.
      Salud

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  3. A couple of mix classic in brief words

    No existió Hércules, dijo el salvaje Minotauro con cara de medusa!!!
    Así la historia se escribe igual. Una pregunta no está demás: ¿Acaso alguien dijo que había algo nuevo bajo el sol? Si lo dijo, se equivocó.
    Una vez la nave ha cogido el rumbo del silencio, del olvido, en el se pierde (y que se pierda para siempre, dice el viento en un soplido), no vuelve.
    Eso está claro. El destino, hace siglos, fue marcado, predicho por...los clásicos no se equivocan, sus palabras, premonitorias, las conocen más de uno y no han de sorprenderles el eterno comenzar (de Sísifo es) repetir (cada vez) de la tragedia...

    Andri Alba

    Salut!!!

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    1. Nihil novum sub sole, amiga Andri, ya lo comprobé mirando un capitel dórico.
      Salud

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