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Claudio Abbado
El director de orquesta italiano Claudio
Abbado ha fallecido este lunes (20 de enero 2014) a los 80 años en Bolonia.
Considerado uno de los grandes directores de
orquesta, Abbado anduvo siempre en busca de la Belleza. En sus últimos años
esto se convirtió en una obsesión serena.
A lo largo de su carrera, dirigió la Orquesta
Sinfónica de Londres, la Orquesta Filarmónica de Berlín donde relevó a Herbert
von Karajan y fue director musical de los prestigiosos Teatros de La Scala de Milán o la Staatsope de Viena.
Claudio Abbado estaba convencido de que la
educación musical de los jóvenes es indispensable para que los seres humanos
vivan en libertad.
Fue nombrado senador vitalicio de Italia el
pasado 30 de agosto y decidió destinar la totalidad de su sueldo a la Escuela
de Música de la localidad de Fiesole en su último gesto para promocionar la música
clásica. Fue
precisamente en Fiesole donde tuve la oportunidad de conocer al maestro Abbado.
A él no le gustaba, sin embargo, que le llamaran maestro, pero su magisterio
musical fue indudable y comprometido y sirvió de ejemplo para muchas
generaciones de músicos.
Nacido en Milán el 26 de junio de 1933 hijo de padre violinista y
profesor de conservatorio, y de madre pianista, estudió
composición y piano con Carlo María Giulini en el Conservatorio Giuseppe Verdi
de Milán y se formó en la dirección de
orquesta con Carlo Zecchi y Hans Swaroski, en las Academias
Chigiana de Siena y de Viena.
Fue un hombre que luchó por las libertades,
un ciudadano comprometido con la izquierda y amante del arte en todas sus
manifestaciones.
Comprometido también con la regeneración del
panorama musical, admiró a los clásicos y barrocos y tuvo algún distanciamiento
con los compositores romántica, aunque dirigió con maestría la obra de Verdi,
de Wagner y de Mahler. En 1965 vio su primer gran éxito en el Festival de
Salzburgo, al dirigir la Segunda Sinfonía de Mahler.
Su compromiso con la música
contemporánea se extendió desde las primeras vanguardias hasta la atonalidad,
incluyó en su repertorio obras de compositores contemporáneos como Luigi Nono o
Karlheinz Stockhausen.
Escuchaba el silencio y reflexionaba, siempre
persiguió una interpretación fidelísima de la partitura, huyendo de toda
floritura y adorno superfluo.
Mi admiración y recuerdo para este gran hombre.
Supo siempre lo que quiso.
ResponderEliminarUno intenta saber lo que quiere..
Fue un gran hombre, del músico destaco su fidelidad a la partitura.
EliminarSalud
Comprometido como debe de ser todo buen profesional.
ResponderEliminarQue la tierra le sea leve porqué nos ha dejado lo mejor de su buen hacer.
La música es el único idioma Universal.Tenía razón que es muy necesaria la educación musical para entender la Libertad.
Feliz semana Francesc.
Grandísimo director!
ResponderEliminarDescanse en paz.