sábado, 19 de octubre de 2013

De la revolución a la pasta asciutta


Fermín Aguayo. Composición azul (1965)

Cayeron muchos, la guerra se llevó por delante las vidas y las ilusiones de los ciudadanos y pudimos contemplar la dimensión de la brecha que hay abierta en esta tierra, un grieta honda, ancha y negra que desde siglos separa las dos españas, estas que hielan el corazón y que imposibilitan que nada, nada avance, que nos quedemos ahí, en la cola de las listas.

Al tiempo que se hacía más profunda la brecha, los artistas que iniciaron la modernidad vieron cómo la intolerancia cortaba la expresión, el arte y la razón.

Unos murieron, otros tuvieron que marcharse y muchos callarse. El arte se hizo ecléctico, franquista, adocenado y grandilocuente en el peor sentido de la palabra. Sólo unos corazones entusiastas pudieron, con su agitación y buena voluntad, recuperar el testigo que había quedado cercenado con la guerra.

En la oscuridad de la dictadura los artistas tuvieron que recuperar los postulados de la vanguardia europea. En medio de un erial los arquitectos del grupo R recuperaron el racionalismo del GATPAC que se había truncado; Dau al Set vivificó la herencia del surrealismo;  y desde su exilio interior, la luz intensa de Miró iluminó los caminos del arte.

Estos artistas revolucionarios de posguerra, a los que añadimos el Grupo Pórtico de Zaragoza, los postistas, la escuela de Altamira y el Grupo el Paso de Madrid, nos dijeron con amargura cuál era el tono artístico de este país roto.

Una lucecita de esperanza, sí, y con ella pudimos llegar al mayo del 68, donde se rompieron las ideologías y se propuso una ruptura del lenguaje.

Una revolución, sí, y con ella pudimos llegar a la transición hacia la nada. Después la postmodernidad y el arte pop, que es el arte de la nada, de la representación del consumo y de las candilejas del espectáculo.

El consumo, sí, y con él la extinción del arte como revolución (por lo menos de momento).

La tarjeta de crédito contribuyó con eficacia a la extinción, el chip electrónico insertado en la tarjeta de plástico permitió el acceso a ciertas aventuras espirituales que luego se liquidan a plazos.

Con su extrema ingenuidad, su voluntariedad generosa y su teorización exacerbada aquellos artistas entusiastas y modernos pretendieron cambiar la historia y con las consignas de Rimbaud pretendieron cambiar la vida.

Con la euforia conseguida después de tanta revolución y de tanto asalto al palacio de Invierno algunos entraron en la cocina y se dieron a la teología de la alimentación. ¡Ah, revolucionarios!, mientras la postmodernidad gastronómica se regocija con la esferificación de la mortadela o los huevos glaseados con boniato, los parias de la tierra deberán conformarse con una alitas de pollo mal fritas en aceite manipulado o un Big Mac.

Yo, amigos míos, me quedo con los postulados de la vanguardia europea y con la pasta asciutta.
 

6 comentarios:

  1. Agggggggggggggggggggggggggg ¡¡¡

    Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

    mamma mía ¡¡¡ Dopo, en il pópolo calabrés di Bruzzano Zeffirio, il mío papa sepre pensaba en la sua spagetatta ¡¡¡

    Ma sempre al farniente dil formagio parmessano ¡¡¡
    Salutte. Te voglio bene ¡

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  2. Una síntesis muy ilustrativa de lo que hubo y no hubo de Arte durante la dictadura franquista. Sobre prospección del arte moderno no oí hablar sino avanzando los 70, hasta entonces yo solo sabía algo de artes imperiales, románico, gótico y barroco.

    Me quedo en éxtasis ante ese rosetón de asciutta que ilumina la inteligencia de nuestro apetente sistema digestivo.

    Salud.

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  3. Buenos días señor Francesc, he llegado a su blog tras una sugerencia de el señor Miquel de Tot Barcelona y ciertamente me ha sorprendido su exposición de un tiempo pasado relatado con mucho acierto desde mi humilde opinión. El cariz político que están tomando las cosas en esta Barcelona que todos amamos, me entristece ver que sin darnos cuenta estamos dejando de ser esa Barcelona cosmopolita y abierta al mundo del arte y la cultura.
    Reciba un cordial saludo.

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    1. Canela, bienvenida a este blog. Miquel (Tot Barcelona) es una persona muy generosa con la que compartimos muchas opiniones, su labor para ir mostrándonos aspectos insólitos de Barcelona, es encomiable.
      Salud

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