Laura es una crítico de arte veneciana. Siempre he creído que acertaba más
cuando hablaba de los artistas que cuando hablaba de las obras de arte. Tiene
una visión muy aguda de la psicología de los artistas y en general de las
personas.
En una comida con un grupo de amigos, italianos y catalanes, Laura levantó
su copa y dijo:
brindo por los catalanes, que estáis
en esta mesa, no he conocido a nadie más surrealista que esta gente, sobre todo
los que vivís pegados a la costa.
Nos reímos. A mí se me cayó la cartera de mano que tenía apoyada en la
silla y asomó de ella, el pollo de goma, entonces me di cuenta que ya estaba
muy estropeado.
Este pollo de goma lo llevaba en mi cartera de mano desde hacía tiempo, a
veces según la cantidad de papeles tenía que doblarlo y apretujarlo, el pollo
se resentía pero no se quejaba; la cresta entre el cuaderno, las patas con la
cinta métrica, las pechugas entre planos, etc. total un desbarajuste. Al final
con tanto apretujón el pollo se ha ido rompiendo, ahora los muslos tienen
grietas, el cuello y la cresta han quedado cuarteados y sólo hasta hoy, después
de la palabras de Laura, me he preguntado por qué llevaba yo un pollo de goma
en la cartera.
la simbología de un tiempo que vivimos, botox, silicona, pollos de plástico, hombres con corazones de roca
ResponderEliminarsaludos
Amigo Omar, todo artificial y lo llevamos en la cartera.
EliminarSalud
...Buena pregunta. Es mucho mejor dejar el hueco en la cartera (para llevar alguna otra cosa) y llevar el pollo cacareando encima del hombro.
ResponderEliminarSí Kuto, el pollo, aunque pesaba poco, molestaba mucho; se arrugaba, ahí, siempre entre los papeles, menudo estorbo, no sé como no me desprendí de él antes.
EliminarSalud
Buena pregunta ¡¡¡ ¿ porqué ?
ResponderEliminarMiquel, esta pregunta no la sé responder, a lo mejor la amiga Laura, la veneciana, tenía razón.
EliminarSalud
Porque no podemos prescindir de los huevos?...
ResponderEliminarya sé, ya sé, no es una gallina... pero yo tampoco soy catalán... ni neoyorquino...
Un saludo, amigo Francesc
Es difícil prescindir de los huevos, muy difícil aunque a veces necesario según los índices de colesterol que uno tenga, yo de momento lo tolero y sigo con los huevos.
EliminarAmigo Luis, esta anécdota que cuento, aunque puede parecer ficticia, te diré que es la suma de dos situaciones reales. Cierto es que estabamos comiendo con Laura en Venecia un grupo de catalanes y de italianos. Laura es crítico de arte, tiene una galería en Venecia y es una mujer muy extrovertida, opina sobre los artistas y sobre las personas de forma muy vehemente, dijo exactamente lo que he reproducido, Yo en aquel momento no llevaba el pollo conmigo, lo había dejado en casa, dentro de la cartera como otras veces y al llegar y verlo allí tan estropeado pensé en las palabras de Laura.
Salud
Me ha encantado y después de leerte hasta le he cogido afecto y estimación al pollo de goma.
ResponderEliminarUn Saludo cordial.
Raelynn, el pollo era entrañable, el pobrecillo se fue estropeando.
EliminarSalud
Hace muuuuuchos años, un buen amigo mío me invitó a pasar unos días en su espléndida casa de La Jonquera. De su enorme jardín me llamaron la atención unas gigantescas piedras, como cantos rodados pero a lo bestia. La más grande sobrepasaba con mucho mi altura. La rodee acariciándola, prendado de esa enigmática belleza que irradian las piedras. Ante mi evidente fascinación, mi amigo me dijo: "¿Te gusta? Pues te la regalo, puedes llevártela cuando quieras". Allí siguen, claro, la piedra y mi amigo. Es probable que yo lleve esa piedra en la memoria como tú llevas el pollo en la cartera, para recordarnos la plenitud que acontece al azar, al margen de las agendas.
ResponderEliminarLoam, en La Jonquera pueden darse las situaciones más surrealistas que uno pueda imaginar, por aquella tierras están tocados por la tramontana, que es un viento que trastoca mentes y piedras.
EliminarSalud
Jajajaja por lo menos sentido del humor no te falta.-Es el que se ve en la foto? pués si es...poverello como no se va a deteriorar si lo llevas apretujado jajaja.
ResponderEliminarMuchas gracias por este momentito me ha cambiado el humor: para bien!
Un abrazo feliz fín de semana
Amiga Bertha, es una situación aproximadamente real. es cierto que el pollo pasó mucho tiempo en mi cartera y también es cierta la anécdota de Laura la crítico de arte veneciana.
EliminarSalud
Son muñecos de goma para aliviar el estrés, yo tuve primero una foca y más tarde una vaca lechera.
ResponderEliminarGracias por esta risoterapia gratuita, amigo Francesc, se agradece. El significado es tan sencillo como decir que nos han dejado sin plumas y cacareando.
Buen fin de semana y que descanses.
Querida Loli, ya ves todo lo de la cartera acaba esquilmado.
EliminarSalud
No sé cómo se le ocurría preguntarte por el motivo del pollo en la cartera. Es lo más natural, cualquier persona juiciosa lo tiene siempre a mano, por si las moscas.
ResponderEliminarLa foto es inolvidable, aunque lo veo un poco delgaducho al animalito.
Un abrazo
Tienes razón, querida Amaltea, yo llevé el pollo de goma en la cartera durante un tiempo y era de lo más natural, hay que reconocer, sin embargo que a veces me fastidiaba meter la mano para cojer la cinta métrica y me encontraba con una escualida pechuga. En una ocasión un industrial del aluminio me preguntó por qué llevaba un pollo de goma en la cartera, y le contesté que prefería llevar uno de goma que uno de carne y hueso y el pobre hombre se puso rojo como un tomate.
EliminarEl pollo está delgaducho, en general todo lo que llevo en la cartera está delgaducho, es que si no, pesa todo demasiado.
Salud
pobre pollo de goma, el sólo es la victima y la cartera su cárcel. Desde que leí que en Israel han modificado a los pollos para que crezcan sin plumas para ahorrarse trabajo a la hora de pelarlos siento mucha compasión por los pollos.
ResponderEliminarsalut
Amic Puigcarbó, la suerte es que el pollo que llebava en la cartera siempre estuvo desplumado.
EliminarSalud
Solidaridad con el pollo compañero! ahora ya no está en activo, pero hizo lo suyo, ya que se con seguridad que ha arrancado sonrisas y esa labor le hace merecedor de una jubilación con honores.
ResponderEliminarComprémosle un reloj de oro o hagámosle una cena-homenaje, pero algo hay hacer por él, no?
Salud