Antoni Llena
Carta a Milena (1998)
¿Tengo que aprender a contemplar, Prometeo,
tu suerte funesta?
tu suerte funesta?
No, infortunado, no.
Diste el fuego a los hombres
y de él han hecho materia de ataque y de muerte.
Del oriente del Ponto hasta Tebas la guerra no cesa y los jerarcas administran venganza.
¿Qué lugar tan terrible es este? ¿Qué raza habita aquí?
Es el país del fuego, donde los hombres se apedrean
con guijarros y cantos angulosos
y los machos secuestran hembras
para amarlas a cuchillo.
Desde el principio de los tiempos, bajo una danza de espadas, cada atardecer, los lobos han aullado.
¿Por qué delito, Prometeo, te castigan
atado con bridas a las rocas del acantilado?
Diste a los hombres el arte de los dioses
y desde entonces, los mortales son inclementes
como las divinidades olímpicas.
No les basta con la palabra, griegos y troyanos utilizan el acero afilado y el fuego.
¿Hacia dónde tengo que girar el timón?
Busco la isla galante donde ningún tábano me aguijonee.
Cólquida donde las vírgenes intrépidas
se disponen al combate
contra el tiempo y la rabia.
Sortearé arrecifes y dejaré la barca al abrigo de los vientos encendidos que inflaman el deseo.
¿Quien te liberará, Prometeo, de tus grilletes?
se disponen al combate
contra el tiempo y la rabia.
Sortearé arrecifes y dejaré la barca al abrigo de los vientos encendidos que inflaman el deseo.
¿Quien te liberará, Prometeo, de tus grilletes?
No hay hacha tan fuerte para romper
los candados divinos.
Ruge del océano, no hay remedio,
a las Moiras y Erinas, como las olas, nada las detiene.
Todos sabemos que el mal se encuentra esparcido por ambas riberas, hasta los más lejanos confines. Demasiados hígados para devorar.
Si, el mal se encuentra esparcido en ambas riberas, y muy a menudo en el interior del hombre.
ResponderEliminarsalut
Miquel, el mal se esparce como la peste y como las ratas, en el interior de los graneros y por dentro de las alcantarillas.
EliminarSalud
Eso es lo malo que tienen los grandes adelantos de la humanidad, que siempre tienen una aplicación para hacer mucho daño a otros mortales.
ResponderEliminarPrometeo se la jugó con los dioses por llevar el fuego a los mortales y éstos se lo pagaron bien matando con él a otros hombres. A otro Prometeo, llamado Jesús de Nazareth, le pasó otro tanto: fundó una nueva doctrina para llevar un mensaje de amor y paz a los hombres y éstos, agradecidos, se dedicaron a hacer la puñeta a otros en nombre de dios, de la guerra santa y del Vaticano.
Un saludo.
Cayetano, y los sacerdotes bendecían las armas antes de entrar a combate.
EliminarSalud
Siempre he tenido fobia a las aves y todo artilugio que lleve pluma, es un terror desde que tengo huso de razón, el castigo de este tipo fue terrible por desobedecer a los dioses.
ResponderEliminarCastigo por castigo me quedo con el de la manzana, que según se mire también está relacionado con un aumento de la temperatura.
Que pases un buen día.
Amigo Dapazzi, a Prometeo también le picaban los tábanos, fue terrible.
EliminarSalud
Hola Francesc:
ResponderEliminarMás allá de que al Prometeo mitológico habría que darle de comer aparte, porque era lo que hoy denominaríamos un "listillo" de mucho cuidado.
Más allá de que después de pasarse tres pueblos con Zeus cuando lo engaña con aquella elección tramposa de las dos partes ocultas de un buey, provoca la cólera del rey del Olimpo que no duda en dejar a oscuras y sin fuego a los humanos y a él lo condena a padecer, atado a la roca, el hambre insaciable de aquel águila devoradora de hígados.
Más allá de todo ello, el gran mérito de Prometeo no es sólo robar la semillas del carro de fuego de el sol, sino, también, robar la luz. Hasta entonces, los humanos vivían de acuerdo a los caprichos de Apolo. Prometeo entrega a la condición humana la posibilidad de trasladar la luz y el fuego más allá de la oscuridad conocida. Y ello, evidentemente, dejará en evidencia el poder los dioses, de ahí lo tremendo de su castigo.
Es interesante el final de Prometeo. Una flecha de Heracles mata al águila devoradora. Zeus obligará, entonces, a Prometeo a llevar un anillo hecho de la roca y el acero con que había penado su castigo -¿existían entonces los cables de acero?-. A los pocos días, Heracles hiere de muerte al centauro Quirón, que es inmortal y sabe que aquel dolor insoportable puede ser inacabable. Prometeo, ni tonto ni perezoso, negocia con Quirón. Le entrega su condición de mortal al centauro que muere inmediatamente y Prometeo adquiere de Quirón la inmortalidad..
En tu poema planteas ¿qué uso se le ha dado al fuego?. Pues el peor. Los humanos somos los únicos seres, desde el big bang, capaces y concientes de su autodestrucción y con ella la destrucción del planeta... y así nos va.
Finalmente , permíteme una observación más pedestre, hoy la luz, la controla FEcsa-Endesa o Iberdrola y el fuego está en poder de Gas Natural, quizá sea este el precio o el castigo que Zeus nos hace pagar por por nuestra pretensión de querer vivir como dioses y sobrevivir como humanos hipotecados.
salut,
hugo
Sí, amigo Hugo, ya ves para qué usaron los hombres el fuego que Prometeo les entregó, para que se lanzaran, unos a otros, bolas encendias de azufre y brea, y así ha continuado.
EliminarEl hombre es peleón por naturaleza, y el fuego le ha venido muy bien para practicar esta afición.
Interesantísimo el comentario que haces referente a las multinacionales, ni más ni menos que la inclemencia de los dioses.
Salud
Prometeo y Quirón, el segundo el gran sanador se alían y son incapaces de dejarnos una herencia que no sea destrucción y enfermedad. El imperio de la fuerza bruta se enseñorea por el mundo, camuflada en regulaciones y normas que desafían el sentido común y la equidad, ese preciso y hermoso concepto romano.
ResponderEliminarBuena ilustración y muy pertinente para tu entrada de hoy, Milena se refiere a la novia de Kafka, presumo.
El lío ya está montado. A ver cómo encontramos la salida.
Un abrazo
Ah, muy bien mi querida y perspicaz Amaltea, en efecto es esa Milena. La obra de Antoni Llena está realizada con fleje de acero, puede ser las ataduras de Prometeo, el que robó el fuego a los dioses y nos lo dio para bien o para mal.
EliminarSalud
Incapaces de intervenir y sin memoria, es difícil sumarse con acierto a la construcción de algo bueno. Cada vez estamos más ligados a los problemas, sólo resueltos por el hombre a base de avivar llamaradas.
ResponderEliminarSalud
Amiga Loli. Nos escontramos atados como Prometeo y nosotros no robamos el fuego a los dioses.
EliminarSalud
Se equivocó Prometeo. No era a Hefesto a quién debería haber raptado, sino a Cronos.
ResponderEliminarLoam, los dioses se lían, se confuenden, se cabrean y son inclementes.
EliminarSalud
Me encanta el poema. ¿Es traducción del catalán o es ésta su versión original?
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Antonio, celebro que te haya gustado el poema. Se trata de una traducción del catalán del Poema "Prometeu" perteneciente a mi poemario "Odis, venjances i altres traçats geomètrics" muchos de cuyos poemas podrás encontrar en este mismo blog.
EliminarSalud
El fuego, ese enigma divino que malgastamos a diario, convulsionados como estamos por la estafa sideral de este dios empobrecido y banal del dinero, que nos gobierna. Nunca será tarde para recordar los hermosos mitos y reparar en que hemos devenido. Magníficos todos los poemas de "Odis...".
ResponderEliminarUn abrazo, salud.
Gracias Manuel, aquí presento una traducción que he procurado que fuera lo más fiel posible.
EliminarSalud