Studio in moonlight. 1826
Carl Gustav Carus (1789-1869)
Ahora que los días han hecho estragos
y que ningún oropel ha dejado
y que ningún oropel ha dejado
marcadas sus huellas sobre mi piel,
ahora que los montoncitos
de polvo
son la señal del esfuerzo constante
de la carcoma, que horadó en la madera
túneles cortos y oscuros como el tiempo,
ahora que aprecio los textos abreviados
ahora que aprecio los textos abreviados
escritos con letras claras y grandes,
y que atenúo el alcance del llanto;
retengo plácidamente el
paso de las horas
sentado tras la ventana empañada
viendo los tilos que forestan mi calle
y mi memoria.
Sabiduría, serenidad y belleza.
ResponderEliminarSalud
Amigo Loam, es el eterno e incansable paso del tiempo.
EliminarSalud
Me estremezco ante tal realidad…y nos toca vivirla a todos. Has entonado una preciosa melodía de la vida.
ResponderEliminarAbrazos amigo, buen domingo.
Amiga Ceciely, la realidad es estremecedora y no podemos detener el paso del tiempo.
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Chico , ¡ qué buen poema ¡
ResponderEliminarLas frases son tan auténticas que hacen pensar y volverlo a releer ¡¡
Salut
Muchas gracias, amic meu, podemos ir de aquí, para allá, sufrir desamores y perofiar por la templanza pero el tiempo pasa irremisiblemente.
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Precioso!
ResponderEliminarMuchas gracias Casilda.
EliminarHermosas palabras llenas de sensibilidad y modestia....
ResponderEliminarUn abrazo
Amigo Kuto ante estos tilos hay muy poco a añadir, observar el ramaje y ya está.
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¡Muy bello, Francesc!
ResponderEliminarSalut.
Muchas gracias Salmandrágora, celebro que te haya gustado.
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Simply the best.
ResponderEliminarUn abrazo.
Mi querida Amaltea, en ingles me lo pones.
EliminarYo no sé si será el mejor, pero estoy convencido que sólo hay un poema en la historia (?)
No hablo de ningún autor. Ya hablaremos de este "único" poema.
Salud
Un poema muy bello y la belleza se debe contemplar y admirar.Felicidades !
ResponderEliminarBesos.
Raelynn. Muchas gracias, me alegra que te haya gustado.
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Para una antología sobre el tema, Francesc. Me lo apunto.
ResponderEliminarSalud
(Supongo que si no está el texto en catalán, es porque lo has escrito en castellano, ¿no?)
Gracias, Pedro.
EliminarLo escribí directamente en castellano.
Salud
Produce mucha paz es, muy bella.esta poesía.Esta resignación al paso del tiempo...sin rencores y observando estos Tilos: árboles que perduran en el tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo feliz día.
Muchas gracias Bertha. El tiempo pasa y el vientecillo continua agitando el ramaje de los tilos.
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Por cierto, Francesc. La atmósfera de sosiego que emana del cuadro de Carus, me ha recordado un libro que, como arquitecto que eres, a buen seguro conocerás. Se trata de "El elogio de la sombra", de Junichirõ Tanizaki. Extraordinario libro delicadamente escrito y colmado de sabiduría cuya lectura sugiero, en la plena seguridad de que el lector o la lectora disfrutarán plenamente de ella.
ResponderEliminar"...y allí percibí -dice el autor- una oscuridad cuya calidad no pude olvidar."
Salud
Amigo Loam, aquí la sombra aparece como una presencia que ha huído pero que ha dejado su huella. Estos románticos se empeñaron en ponerse de espalda al espectador mirando una luz que presentían demasiado lejana.
EliminarLeí hace mucho tiempo el libro de Tanizaki, reconozco que escondía una sabiduría notable, pero en aquel momento que yo estaba más atento a la luz y aventura del Renacimiento, aquel "Elogio de la sombra" me iluminó a contrapelo, no digo que no me gustara, no. Lo dejé aparcado y debo volver a él.
Salud
Eixa llum del cuadre és preciosa.
ResponderEliminarLa poesia casi eterna.
Salut.
Amic Dapazzi, sembla un contrapunt al Segle de la Llum, una decepció a la pérdua de la raó del Reneixement que ara es presenta més desmesurada i amb angoixa.
EliminarSalut
Un poema que pone al hombre frente a sí mismo porque el hombre que mira los tilos tras los cristales, entiende y comprende, tiene pensamientos serenos y sabe que todo camina hacia adelante.
ResponderEliminarBuenas noches Francesc
Muchas gracias querida Loli, el verdadero drama es que el hombre ya sabe hacia donde camina, este hombre que mira los tilos ya sabe cual es el final de su camino.
EliminarSalud
En ese nacer, sufrir, querer ser feliz, luchar, proyectar, morir.... hay idénticas situaciones por las que han pasado antes que nosotros todos los hombres y la mayor parte han reído, llorado, amado... sin dejar ni la menor huella. Sabemos que las posibilidades se van recortando, por muy grandes que sean las ganas de vivir.
EliminarMe he puesto filosófica Francesc pero es que creo que tomar conciencia de nuestra situación, aunque sea mirando los tilos de la calle, es ahondar en el misterio que existe detrás de todo esto.
Un abrazo
Tilos, álamos o plátanos...Su renovada presencia nos aporta conciencia de sobrevivir. Estemos tras los cristales o sentados bajo su sombra.
EliminarUna de las muchas, en realidad, ventajas de haber vivido: los árboles se te multiplican y recuerdas haberlos visto crecer de tiernos proyectos a firmes realidades. Es, incluso con sus días melancólicos, un privilegio. A veces, cuando escucho noticias en el telediario de muertes muy prematuras, de muchachos o incluso niños, no puedo evitar hacer, involuntariamente, una sencilla y terrible resta.Y comprendo que esos años de diferencia son un regalo que he de saber honrar y merecer; que gracias a ellos he podido crecer con toda una serie de experiencias que esa otra persona, lamentablemente, jamás llegará a vivir. Abrazos.
ResponderEliminarSí querida Salomé, los árboles, las noticias, los proyectos cumplidos y algunos solo esbozados nos recuerdan el paso de los años y la satisfacción de haberlos vivido.
EliminarSalud