Alguna vez ya he comentado en este blog la costumbre que tienen algunos individuos de grabar inscripciones en las piedras.
Graban en los dinteles, sobre las puertas, burilan fechas, hacen inscripciones en mármoles y granitos y dejan ahí anotadas las hazañas que ellos consideran más destacables, principalmente inscriben lo que más les enorgullece. Es probable que lleguen a pensar que un grabado en la piedra hace que los recuerdos permanezcan y así sus hazañas quedarán inscritas en la historia, tanto como en la piedra. Cuenta Plinio que el gran Pompeyo, el gran general romano, mandó inscribir sobre la puerta del templo de Minerva que él había ordenado construir, las palabras siguientes:
Pompeyo el grande, general, después de concluir una guerra de treinta años; después de haber derrotado, haber puesto en fuga, matado y hecho prisioneros a dos millones ciento ochenta y tres mil hombres; después de haber hundido o tomado ochocientos cuarenta y seis barcos; después de haber sometido mil quinientas treinta y ocho villas y fortalezas; después de haber sojuzgado todos los pueblos comprendidos entre el mar Rojo y el mar Azov, satisface este voto a Minerva.
Votó a Minerva y con esta inscripción, Pompeyo, dejó claro que es lo que le enorgullecía.
¿ Los grafitis de la Roma imperial quizás ?
ResponderEliminarSí Miquel. Lo interesante es cuando estas inscripciones dicen alguna cosa, pero cuando sólo se trata de un garabato sin sustancia, el grafiti se convierte en una tontería que solo sirve para ensuciar las paredes.
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Desde los hombres de las cavernas dejando sus huellas en las paredes, pasando por la megalomanía imperial de asirios, babilonios o romanos, hasta llegar a los grafiteros, unos más cochambrosos que otros, parece que está en la naturaleza humana el dejar nuestra impronta para la posteridad.
ResponderEliminarUn saludo.
Amigo Cayetano, siempre han querido dejar sobre las piedras la constancia de sus hazañas.
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El egocentrismo, debe ser condición propia de la naturaleza, del don de la existencia y supervivencia, un instinto primitivo, al igual que los perros marcan el terreno con sus "meos", es una manera de dejar su impronta.
ResponderEliminarAlgunos son verdaderas obras de arte, en cambio otros fastidian...... LUZ Y SOMBRA DE ESTE MUNDO.
SALUDOS.
Afán de perpetuar las correrías, amigo Dapazzi, sean éstas de la peor calaña o de cualquier otro tipo. Otras veces marcar la propiedad, el territorio o su vanidad.
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