domingo, 11 de marzo de 2012

Aburrido bajé del Paraíso y Rilke desde arriba me contemplaba



Imagen Llibreta negra QN70 . Francesc Cornadó



Bajé por la escalera de Jacob,
la clepsidra, el tiempo y los relojes blandos
marcaban la hora de la despedida.

Para recibir y encajar de nuevo el golpe,
dejé en el Paraíso a los ángeles con su sombra
y a los antiguos colegas de la palabra.

El arte es baldío en las alturas,
la indignación hace el verso
y los espejismos se desvanecen como la suerte
porque la indignación y la muerte huyeron
antes de que Duino regalase su sombra al mar.

4 comentarios:

  1. La escalera de Jacob, has ido a buscar una imagen muy potente, y en vez de subir, bajas, aspiración en negativo de lo que representa el camino hacia la perfección humana.

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    1. Querida Amaltea, una escalera que baja es una imagen muy sugerente. Arriba debe de haber un exceso de luz cegadora.
      Salud

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  2. Sigo pensando que el cielo hay que mirarlo, para tender siempre hacia arriba (léalo cada uno como prefiera). Pero como caminar sobre la tierra, a ser posible a pies descalzos, nada. Entre otras cosas sólo así uno puede ser plenamente consciente de lo cotidiano. Y reaccionar en consecuencia, claro. Abrazos.

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    1. Amiga Salomé, coincido contigo, tenemos que aspirar a una digna elevación del pensamiento pero siempre sin dejar de tocar el suelo con los pies y no dispersarnos entre las nubes.
      Salud

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