miércoles, 6 de julio de 2011

Ángel Crespo


Iban mirándome al pasar

Me refugié para no huirme
y no encontrarme. Era de noche
y el monte aquel era de luz.

Nunca supe de procesiones
como aquéllas: vestían clámides
transparentes, sin fibras, iban
mirándome al pasar.

Lo que no tiene fin no se posee
ni nos posee: las miradas,
suyas y mías, eran formas
de otra forma de amor.

No hay dioses muertos si son dioses,
ni aquella cueva, ni aquel monte,
ni aquella luz, ni clámides
sin fimbrias, pues abrí
los ojos, y hasta el pecho
surgió el río del río.

Ángel Crespo

4 comentarios:

  1. ¡Cómo aprendo contigo!!
    Gracias hermano, un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  2. Omar amigo, Crespo es un poeta excelente, junto a su obra también me gusta colocar la obra de mi admirado José Corredor-Matheos.
    Salud

    ResponderEliminar
  3. Lo que no tiene fin no se posee
    ni nos posee: las miradas,

    EM QUEDO AMB AQUESTS DOS VERSOS, gràcies per aquesta troballa.

    ResponderEliminar
  4. Amic Puigcarbó, Crespo és un poeta extraordinari i molt valorat,es de gran serietat poètica i rigor en el llenguatge.
    Intentaré posar en aquest blog alguns exemples d'aquest Parnàs que, per aquestes latituts, solen quedar eclipsats.
    Salut

    ResponderEliminar