viernes, 10 de junio de 2011

Hijas de una unión divina

La diosa de las leyes eternas, consejera de Zeus, contemplaba la mañana salvaje, la aurora primigenia. Los campos no estaban aún cultivados. El cielo, crespo, agitado por Eolo, hijo de Poseidón, rizaba el pelo de Temis. Su cuerpo personificaba la Justicia y encendía el deseo del señor del Olimpo que, poco a poco, se convertía en rayo.

Hazte, Zeus, una coraza con la piel de la cabra, con la égida te protegerás de los gigantes.

El dios descuartizó a la cabra Amaltea y cubrió el escudo con su piel. Encendido de pasión tomó a la diosa y el ocaso cubrió los cuerpos de los amantes.

Temis, de la raza de los Titanes, diosa de la Ley, dio a luz a las Horas y les transmitió la misión de hacer girar la noria.

Rotación eterna del tiempo.

4 comentarios:

  1. Eunomia, Dica e Irene ¿son las horas?
    Bueno tú me dirás que eres experto en mitología y yo nada más un curioso en ello.
    Pero soy un aprendiz avanzado en lectura y me tomo mi debido tiempo y análisis para leer a mis amigos.
    Un abrazo Francesc

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  2. Amigo Enletrasarte, en efecto Eunomia, Dice (o Dica), Irene (o Eirene) son las Horas. Ya me gustaría ser un experto en mitología, pero no, soy sólo un curioso al que le interesan los clásicos, aparte de lo que escriben de mis amigos, prácticamente no me interesa nadie más.
    Salud

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  3. Qué hermosa evocación, Francesc. De la rueda eterna e imperecedera de la imaginación nos nutrimos. Qué la diosa Fortuna te proteja, y nos de tu amistad por mucho tiempo, me reconforta siempre tu espíritu apolíneo y transgresor.

    Salud
    Manuel

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  4. Gracias Manuel, en este eterno girar, que la Fortuna nos proteja y en el giro de su noria nos encontremos los amigos.
    Salud

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