miércoles, 25 de mayo de 2011

Los crisantemos y la flor del mirabolano

Imagen. Francesc Cornadó

No te demores, ni mires prendado la aurora de flores. Abandona la opulencia que tanto te incomoda y deja que el mirabolano extienda al viento las fragancias oleosas. No admires la feliz Roma, feria de vanidades. No envidies su oro, ni sus luces, ni su estrépito. Cambia el lujo por la mesa limpia, sin mantel servida, por un hogar humilde y por una cena ligera. Piensa sólo en moderar serenamente todo lo que pasa. Lo demás fluye como el río que, tranquilo, arrastrando guijarros, va a desembocar al mar etrusco.

El tiempo de los crisantemos te encontrará libre de pereza, dispuesto y con el conocimiento a punto. Entonces, para ti, vino dulce servido en copa intacta y la flor antigua en el pecho te darán la claridad del aire sombrío.

Habrás conseguido que, prudentes, en medio de la rueda del tiempo, las tres doncellas, Eirene, Dice y Eunomia, permitan que el futuro te cubra con noches de luz.

Ellas, desenvueltas, se reirán de aquel que ose pagar con oro un paraíso ficticio.

6 comentarios:

  1. Interesante, educativo, un gusto enorme disfrutar de tu versar tan constructivo (es que además le agregas una cuota filosófica que es envidiable)
    Un abrazo querido amigo, desde acá, bien al sur

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  2. Gracias Enletrasarte, esto de "Los crisantemos y la..." ha quedado demasido clásico, ¡no te parece?
    Salud

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  3. "claridad de aire sombrío"
    claridad en el reflejo de los hilos de las moiras. las tres horas, juegan con fuegos de artificio ofreciendo fuegos de artificio al hombre resignado al aciago destino... que tengas razón y que un orden de palábras y actitud mayúsculas nos ofrezca tijeras con que moldear nuestra suerte.
    un abrazo

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  4. Sí, Kynikos, paradoja de luces y sombras. Las Horas hacen girar la rueda del tiempo, en el eje de la rueda no hay movimiento.
    Salud

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  5. Una mantícora - bien dibujada aunque con pinta de cabreo, no me extraña- que habla inspirada por un Marco Aurelio catalán.

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  6. Je, je, Amaltea, una mantícora cabreada, je, je. Estos bichos medio animal, medio hombre me plantean siempre unas preguntas: ¿dónde tienen el ombligo? ¿en la parte humana o en la parte animal?

    Salud

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