jueves, 26 de mayo de 2011

El cuerpo y su sombra






















No hay más que un cuerpo, no hay más que un cuerpo sensible; a veces enfermo, a veces esperpéntico pero siempre empeñado en negar su propia animalidad.

En compañía de la sombra que produce la animalidad vamos andando erectos.

8 comentarios:

  1. Y siempre lo niega quién más animal es ¿Porqué será?.

    Andamos erectos y vivimos en vertical, somos así de rígidos y poco flexibes.

    Besos.

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  2. Amiga Lou, coincido. Sería bueno que anduvieramos menos rígidos, eso sí, sin llegar a ser tan flexibles como la serpiente que se arrastra en posición horizontal.
    Salud

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  3. Me gusta esta combinación de imagen y palabra en esta cuestión intrínseca.

    Salud

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  4. Gracias, Isabel. Ya ves que a veces las sombras son muy largas y cuando esto ocurre nos embarga la tristeza.
    Salud

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  5. Un toque filosófico que nos conlleva a reconocernos menos perfectos de lo que vanidosamente nos creemos.
    Al final, solo una especie de sombra tan umbría como peligrosa para los demás seres de la Tierra.
    Un abrazo, y gracias por hacernos pensar.

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  6. A veces, amigo Enletrasate, hasta las sombras son esperpénticas.
    Salud

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  7. esa sombra tal vez en la muerte es el escupitajo de sangre o los pulmones encharcados, que ahí al final harán santuario-vertedero de tanto que fuimos

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  8. Esa sombra, Concepto-aparte, es, ni más ni menos, que la ciénaga del muladar.
    Salud

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