domingo, 29 de mayo de 2011

El caminante



Ni Virgilio ni ningún otro poeta me acompañan.
...
L’homme y passe à travers des forêts de symboles Qui l’observent avec des regards familiers. Comme de longs échos qui de loin se confondent Dans une ténébreuse et profonde unité, Vaste comme la nuit et comme la clarté, Les parfums, les couleurs et les sons se répondent. ...

Mientras me contemplan las miradas familiares me preparo para penetrar en el bosque de los símbolos.

Escucharé la voz burlona del eco que responde a los sonidos, a los colores y a los perfumes. Pasaré la tenebrosa y profunda unidad, vasta como la luz, como la noche.

No pretendo ir más allá de esta tierra baldía, de estas soleadas costas, de este mar tan nuestro. No bajaré al Infierno, ni iré al Purgatorio, tampoco al Cielo con Beatrice. No subiré al castillo de Duino.

Ahora un paso, ahora otro. Camino por el amplio valle y por todas partes observo que gentes vencidas, resguardadas bajo las copas de las encinas, aún tienen problemas de conciencia.

Ahora un paso, ahora otro. Camino junto al mar y observo las torres y los palacios de los poderosos, estos no tienen, aún, problemas de conciencia.


de libro El caminante y la urraca

4 comentarios:

  1. Que bello texto, se siente una guerra interior que ha llegado a una sabiduría que como las viñas, como los nidos colgados, pasa y observa.
    Te dejo un abrazo y gracias por tus comentarios que siempre producen algo en mí, por cierto, ahora me alegro de tantos problemas de conciencia que se tiran sobre mí jej
    te leo

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  2. Concepto-aparte, son las apologías del fracaso las que anticipan los problemas de conciencia.
    Salud

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  3. Muy bueno.
    Me gustaría hacerme con este libro tuyo,lo voy a solicitar a través de HakaBooks.
    Un abrazo, Francesc.

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  4. Gracias Eusebio, celebro que te guste. "El caminante y la urraca" puedes encontrarlo en edición digital, en HakaBooks, se trata de un libro que recoge las conversaciones de un caminante con una urraca que lo acompaña, de hecho es un conjunto de soliloquios, pues la urraca se limita a decir "chac, chac, chac" es una reflexión sobre la inconveniencia de los límites y la inutilidad de las fronteras.
    Salud

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