lunes, 11 de abril de 2011

El huerto de los olivos -Rilke-

Nota: este olivo milenario se encuentra en Ítaca

El huerto de los olivos



Él subía bajo el follaje gris,
todo gris y confundido con el olivar,
y metió su frente llena de polvo
muy dentro de lo polvoriento de sus manos calientes.

Después de todo, esto. Y esto era el final.
Ahora debo irme, mientras pierdo la vista,
Y por qué quieres que tenga que decir
que existes, si yo mismo ya no Te encuentro.

Ya no Te encuentro. No, en mí, no.
Ni el otros. Ni en esa piedra.
Ya no te encuentro, estoy solo.

Estoy solo con la pena de todos los hombres,
que yo intenté aliviar a través de Ti,
que no existes. ¡Oh! vergüenza sin nombre...

Más tarde se contaba: vino un ángel...

¿Por qué un ángel? Ay, vino la noche
y hojeaba indiferente en los árboles.
Los apóstoles se movieron en sueños.
¿Por qué un ángel? Ay, vino la noche.

La noche vino, no era extraordinaria;
así pasan cientos de ellas.
En ellas duermen perros, en ellas yacen piedras.
Ay, una triste, ay, una cualquiera,
que espera hasta que vuelva a amanecer.

Pues los ángeles no vienen a tales rezadores
Y en torno a ellos las noches no se agrandan.
A los que se pierden a sí mismos todo les abandona,
Y están abandonados por los padres
y excluidos del regazo de las madres.

Rainer Maria Rilke

2 comentarios:

  1. gran poeta Rilke, traduït al català per el meu admirat Vinyoli

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  2. Puigcarbó, estic d'acord, gran poeta. Encara que ja ha defugit del romanticisme, a vegades s'enterboleix amb les boires del nord; ell, però, reacciona i dirigeix el dard cap un cel il.luminat. Les Elegies de Duino són un monument.
    Salut

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